25 de noviembre de 2013, 19:06
Fran de Paula pagó 12 euros por cada una de las localidades y después optó por no sentarse en el palco del estadio del Cacereño. Decidió colocarse entre los seguidores del propio club, en la grada del 'Príncipe Felipe' en un a modo de gesto de disconformidad.
Por lo demás el presidente albinegro no se quejó del trato recibido por parte de la directiva local, que fue correcto pero con el detalle de las entradas que le obligaron a pagar. Los dirigentes extremeños se justificaron diciendo que el Cacereño tiene la costumbre de no regalar entradas.
Se nos ocurre pensar que igual en el partido de la segunda vuelta el Cartagena es capaz de regalarle al Cacereño las mismas entradas o el doble que recibía en su visita a la capital extremeña.
