CARTAGENA: Juanma (1), Manolo Gaspar (1), Abraham Paz (2), Chus Herrero (1), Kijera (1); Dimas (1), Mariano Sánchez (1), Collantes (1) (Héctor Font (-), minuto 85), Lafuente (2); Braulio (1) (Salva Chamorro (1), minuto 74) y Raimondi (2) (Álvaro Antón (1), minuto 68).
SABADELL: Navas (1); Óscar Ramírez (1), Toni Lao (1), Redondo (1), Olmo (1); Pablo Ruiz (2), Héctor (1), Hidalgo (1) (Álex Cruz (!), minuto 68) Arteaga (!); Lanzarote (2) y Taulemesse (1) (Baha (1), minuto 61).
GOL: 1-0, m.58: Raimondi.
ARBITRO: José Ramón Piñeiro Crespo, del comité asturiano. Tarjeta amarilla a los locales Chus Herrero, Ramiondi, Kijera, Collantes, Álvaro Antón y Héctor Font a los visitantes Hidalgo, Álex Cruz y Redondo.
INCIDENCIAS: Partido de la vigésima quinta jornada de la Liga de Segunda División en el estadio Cartagonova ante 6.438 espectadores, según informa el club.
LA CRONICA
Por GUILLERMO JIMENEZ
La quinta victoria albinegra en la Liga, este sábado de Carnaval, tal vez haya sido la más trabajada y la más sufrida de lo que va de competición. 1-0, por lo justo, en un partido con un primer tiempo con juego desdibujado del Cartagena, muy presionado por la responsabilidad y sin un centro de campo en condiciones –impreciso y dubitativo -, y una segunda parte en la que la transformación albinegra, con más presión sobre un técnico Sabadell, con un patrón de juego que comienza por mover el balón, controlarlo y buscar penetraciones por las bandas.
Los tres puntos mantienen a los cartageneristas con la ilusión renovada y en condiciones de salir adelante, con esos 23 puntos que tendrían que estar acompañados de bastantes más. Esta vez el Sabadell no prolongó la mala racha albinegra compuesta por los tres fracasos ante otros tantos equipos superiores. En esta ocasión los sabadellenses venían a ser de la misma Liga.La victoria puede ser la cadena necesaria de puntos hacia una escalada.
Los últimos momentos del partido con los arlequinados fueron vibrantes y se vio cómo el cuadro de CR sacó fuerzas de donde pudo para impedir que el Sabadell empatase. El estar encima de la jugada, con un derroche físico extraordinario, coincidió con la mejoría experimentada por la cobertura albinegra, que arrancó nerviosa por las demarcaciones de Kijera y de Chus. Después la anticipación y el mutuo apoyo fue la garantía de que todo saldría bien. Con sufrimiento. Y con el apoyo de la afición, que animó especialmente en los momentos complicados en que el cuadro arlequinado movía la pelota con precisión y organizaba unas contras que no pasaron a mayores porque tampoco tampoco el equipo de la Nova Creu Alta está sobrado de dinamita.
La primera fase de este encuentro fue casi para olvidar. De lo más flojo que ha podido verse en el Cartagonova esta campaña. El peso psicológico influyó para que el equipo de casa estuviese muy nervioso. Ya en la segunda mitad la transformación del equipo, por las conductas de sus jugadores, implicados, hizo que se buscase la portería de Navas con mas fe. Hasta que Raimondi clavó de cabeza el 1-0 en un momento clave.
Después el Cartagena buscó remachar y Braulio y su compañero uruguayo, con la ayuda de Collantes –individualista- y de Ander Lafuente, porfiaron con la defensa arlquinada. El Sabadell halló incomodidad cuando tenía el marcador en contra y en la acera opuesta un rival preparado para no bajar la guardia y pelear por todos los balones hasta la extenuación. Gran mérito del equipo de Ríos, que introdujo cambios para mejorar la zona ancha, con Alvaro Antón y finalmente con Font.
El equipo de Carlos Ríos se encontró con un adversario ordenado que mantuvo una defensa que controló bien y en la que el ex cartagenerista Pablo Ruiz actuó de acuerdo con su rendimiento de albinegro, Los últimos momentos del sevillano fueron de exhibición de un vendaje en la cabeza, por un golpe del que tuvo que ser asistido en la banda.
La victoria sirve para que el Cartagena se convenza de que la empresa de la salvación es bastante factible. De momento los marcadores de la jornada, comenzando por el registrado este sábado en la cancha de Benipila, fueron casi todos favorables a los intereses del sufridor bando de un Carlos Ríos motivador que transmite fe e inculca positivismo.
