16 de mayo de 2012, 16:41
Víctor Fernández volvió al Cartagonova aunque esta vez lo hizo como espectador. Era la primera vez que lo hacía después de su salida tan llena de espinas el pasado verano. Con el deber cunplido de haber dejado a su Leganés en Segunda B, primero como jugador y como técnico en los cuatro últimos partidos, quiso acudir a Cartagena para darle suerte a este equipo y a esta afición que él tanto quiere.
Pero no pudo ser. Víctor, el mítico e inolvidable 21 albinegro, repartió abrazos, estrechó manos y firmó autrógrafos a los incodncionales además de llevarse una de las ovaciones de la nohe cuando el público, al inicio, detectó su presencia en la tribuna.
Víctor Fernández, quien no sabe aún cual será su futuro inmediato, lo pasó mal como tantos y tantos aficionados cartageneristas. Sufrió hasta el final y lamentó que el Cartagena no se hiciese con una victoria que sin duda alguna se mereció, especialmente en el primer tiempo.
No obstante y pese a las dificultades Víctor prefiere no arrojar la toalla en estos últimos 12 puntos finales
Pero no pudo ser. Víctor, el mítico e inolvidable 21 albinegro, repartió abrazos, estrechó manos y firmó autrógrafos a los incodncionales además de llevarse una de las ovaciones de la nohe cuando el público, al inicio, detectó su presencia en la tribuna.
Víctor Fernández, quien no sabe aún cual será su futuro inmediato, lo pasó mal como tantos y tantos aficionados cartageneristas. Sufrió hasta el final y lamentó que el Cartagena no se hiciese con una victoria que sin duda alguna se mereció, especialmente en el primer tiempo.
No obstante y pese a las dificultades Víctor prefiere no arrojar la toalla en estos últimos 12 puntos finales
