viernes. 29.03.2024
Enseguida llegaron Miguel Falcón y Mariano Sánchez, dos de los que siguen en el grupo, y lo hicieron en el BMW del pinatarense. Saludos de ambos a la prensa en la calle, y rápidamente a vestirse para el trabajo, con ropa de Mabel.

A los fotógrafos se les ha permitido hacer fotos en la caseta antes de la sesión. Ellos solos. Y después, en el campo desde la línea de banda de la tribuna alta.

Acudió casi toda la prensa. Los ausentes estarían de vacaciones y muy bien que hicieron. A los que no van ya saben lo que tienen que hacer: esperar que SPORTCARTAGENA. ES se lo cuente.

Esta vez la presencia de aficionados no fue masiva como en la tarde en que fue presentado Víctor, ex Valladolid. Era mucho sacrificio estar allí a esa hora, se supone.

EN TRIBUNA BAJA
El FC Cartagena ha habilitado esa mañana de martes 21, para los espectadores del primer entrenamiento, la tribuna baja. Una treintena de seguidores, entre ellos Chema con sus cupones de la ONCE, y los hermanos García Nicolás, entre otros. Ellos vieron cómo Juan Ignacio y su cuadro técnico controlaban la situación de acuerdo con el programa establecido para la sesión prepatatoria.

“Longás no está; tampoco veo a Chus Herrero”, comentó un aficionado con mucha vista en tribuna baja, zona de sombra. “Pero sí está el panameño, el negrito. Qué bajito es”, señalaba otro seguidor provisto de sombrero de paja.

La pretemporada ya está comenzando a ser engrasada. Entre el público, algún representante de futbolistas y, por supuesto, el de Quintero, el panameño de 21 años.”Os va a gustar, seguro”, avanzó el agente del muchacho tras el entrenamiento, en la explanada del estadio, donde se dejó fotografiar. Quintero es mediocampista o ala. No es físicamente como Rommel Fernández, el de los "taponazos" a gol, aquel panameño muerto en accidente cuando estaba en el Albacete.

En el campo de juego unos empleados enviados por la Concejalía de Deportes han medido los banquillos de los entrenadores y tomado apuntes, que más que banquillos son casetones, demasiado altos, que no dejan ver bien la cancha.

ARMADA, EN EL ESTADIO
Eduardo Armada, con sus dos o tres telefónos móviles picándole la moral, se pasó un rato por el estadio. Quince años atrás habría estado él dirigiendo el entrenamiento como preparador físico. Armada está pero mucho mejor que hace unos meses: ha perdido unos kilos. Bien. El martes se permitió desayunar en la cafetería tortilla francesa (trozo pequeño) y una chispa de pan.

La gente quiería saber, y preguntaba, dónde serán y a qué hora los siguientes entrenamientos. Y preguntaban a diestro siniestro por los jugadores que quedan por firmar. Ya se huele a fútbol en el estadio.

ALTAS DE SOCIOS A GOTEO
En las oficinas hay goteo de aficionados que llegan para que les hagan el abono, uno de ellos el abogado Luis Sicilia, buen seguidor. Van ya en busca de los 6.200. Todo el mundo coincide en que tiene que llegar un estirón fuerte que haga saltar los registros de las altas.

Lejos quedan las avalanchas y los tapones de los primeros días de campaña. Que, hay que decir, no va mal globalmente. Pero el público tiene que seguir erre que erre buscando su abono para hacer posible el proyecto que esta mañana de martes 21 de julio ha comenzado a andar con todo el optimismo del mundo.

Ya huele a fútbol en el estadio Cartagonova
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