El Barça pequeño solo fue superior a los cartageneristas en los goles que hizo. Elemental en partidos coperos o por eliminatorias. El Cartagena pudo y mereció golpear en su mejor fase de juego y después fue el cuadro de Gerard López el que se destapó lo justo, en la segunda parte –sin pasarse- para vencer. El 0-1 llegó como jarra de agua fría lanzada al rostro, coincidiendo con una lluvia fugaz sobre el estadio que movilizó las gradas sin cubierta.
SiSTEMA REPETIDO
La que funciona no se toca. Monteagudo pensaría que la cosa fue bien ante el Alcoyano, en los dos campos, y ante el Barcelona B prefirió seguir con el sistema. Cinco atrás. Sólidos. Contó además con la ciencia de Quique Rivero y de Llorente, recuperados en el playoff, y el equipo se movió con desparpajo y sin ningún tipo de complejos ante el poderoso Barça B, que estaba estimulado anímicamente desde el palco Vip por el presidente Bartomeu. Todo iba rodado hacia un triunfo local, con una primera parte de 0-0, uno de los marcadores apetecibles, pero las cosas se torcieron con el 0-1 de Dani Romera, en una acción de rebote, con suerte. Al delantero de La Cañada le fue anulado un gol por fuera de juego en la segunda mitad.
SIN BAJAR LOS BRAZOS
El Cartagena no bajó los brazos, insistió y 5 minuto después del tanto del almeriense, el portero Varó escupió un balonazo y Germán, pendiente de la jugada clavó el 1-1. Mas con 35 minutos aun por delante el ataque albinegro exhibió el punto débil de su incapacidad para golear. Son mediocentros y defensas los que suelen sacar las castañas del fuego, pero esta vez todos los méritos acumulados se fueron al garete al marcar el gerundense Gumbau el segundo gol. Chutazo desde lejos, con veneno, y segundo tanto encajado por Jesús Limones. Para Gumbau ese tanto era el noveno que conseguía en la temporada, su cuarta campaña en el filial azulgrana. El muchacho, de 22 años, ya jugó en Segunda en el Barça B.
