jueves. 28.03.2024
Fue una de esas tardes amargas dónde las haya. Acudes con toda la ilusión y con la moral alta porque los resultados estaban jugando todos a favor del Cartagena pero el final es tan inesperado como triste, máxime de la forma en la que llegó el empate, apenas unos segundos después de haberse adelantado el Cartagena en una de las jugadas más rápidas que se recuerdan en Cartagena a la hora de nivelar un partido.

La afición lo veía pero no lo creía. Y como no estamos para muchas tristezas nos quedamos con la parte alegre, si es que hubo algo, de aquellos aficionados que sonreían en los instantes previos al inicio del choque. La tarde fue complicándose hasta que acabó en un auténtico desastre.

Pero si algo hemos aprendido es que, por muy fuerte que sea la tormenta, el sol siempre vuelve a brillar. Y que en la vida hay que ser optimistas con una sonrisa en la cara.

Las imágenes de Andy Céspedes en una tarde triste de verdad
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