En el FC Cartagena esperan a medio millar de seguidores levantinistas como mínimo para el partido de este domingo en el Cartagonova. El partido promete, y mucho, teniendo en cuenta las expectativas: es la primera vez que el Levante vuelve a jugar un partido oficial en Cartagena después de aquel polémico choque en junio de 2010 que finalizó 3-5 favorable a los valencianos; el equipo granota llega al recinto cartagenerista después de 16 jornadas invicto, su última derrota ocurrió el 9 de octubre y fue el Racing el que le infligió la tercera y última derrota hasta la fecha por 0-1. Y la última gran connotación es la necesidad imperiosa que tiene el conjunto de Luis Carrión de acabar con esa racha de siete partidos consecutivos sin ganar, la peor para el técnico barcelonés desde que arribó al banquillo cartagenerista hace dos temporadas y media.
Con estos tres apuntes ya es suficiente para que el Cartagonova se llenase pero, aunque no será así pero las gradas del recinto registrará una de sus mejores entradas, probablemente once o doce mil espectadores atraídos por las circunstancias tan especiales que van a concurrir, especialmente en los aficionados cartageneristas que no han olvidado aquella tarde del sábado 22 de mayo cuando, en la jornada 38 y con el polémico arbitraje del cántabro Teixeira Vitienes, ganó el Levante de Luis García Plazas, el actual entrenador del Alavés, un encuentro que acabaría siendo clave para que los valencianos acabasen logrando el ascenso a Primera y el Efesé se quedase en las puertas de conseguirlo.

Aquel encuentro fue muy especial, tanto que aún es recordado por la inmensa mayoría de los seguidores blanquinegros que estuvieron presente aquella tarde o han oído hablar sobre él. El triunfo levantinista fue muy polémico con las gradas del estadio Cartagonova a rebosar. Aquella tarde se colocó el cartel de ‘no hay locaidades’ y había mucha ilusión por ganar un partido que habría catapultado, quien sabe sí definitivamente, al entonces equipo dirigido por Juan Ignacio Martínez hacia la máxima categoría.
Aquella arde del sábado 22 de mayo de 2010 está grabada en la memoria colectiva del cartagenerismo porque supuso poner el punto final a las ilusiones por ascender a Primera
Sin embargo con sólo 4 minutos Robusté, que más tarde sería jugador blanquinegro, s encargó con su gol de echar un jarro de agua fría. Hubo que esperar hasta el minuto 31 para que Mariano Sánchez lograse la igualada y con el Cartagonova rugiendo como en las grandes ocasiones Ander Lafuente, sólo cuatro minutos después, hiciese el 2-1, marcador con el que se llegaría al descanso aunque un minuto antes Quique de Lucas tuvo en sus botas la oportunidad e haber hecho el 3-1 en un mano a mano con el cancerbero Manolo Reina, pero el balón no entró.

Apenas reiniciarse la segunda parte empezó el ‘festival’ del árbitro Teixeira cuando en el minuto 46 le mostró al lateral blanquinegro Txiki la segunda tarjeta amarilla que suponía su expulsión. A partir de ahí los ánimos se fueron calentando en la grada, que iban subiendo en la misma medida que el Levante iba marcando goles.
Primero fue Rubén Suárez quien haría el 2-2 en el minuto 56 y solo dos minutos después Robusté repetiría con otro gol que suponía el 2-3. El 2-4 y el 2-5 lo firmaría Javi Guerra en los minutos 68 y 70 para que Etxeita, en el minuto 80 y tras un lío monumental, hiciese el 3-5 definitivo.

Pero el escándalo estaba servido. El público asistente despidió al árbitro cántabro y al Levante con una de las mayores protestas que se recuerdan desde entonces y se mantuvo fuera del Estadio tras bajarse en el autobús el entonces capitán levantinista Ballesteros los pantalones y hacer lo que popularmente se le conoce como ‘hacer un calvo’, es decir mostrar el culo lo que acabaría por encender los ánimos que obligó a la intervención de la Fuerza Pública para salvaguardar la integridad de los futbolistas del Levante que ya se encontraban subidos en su autobús. Fueron imágenes surrealistas que dieron la vuelta a España pero que, al final de aquella temporada, dejó a los valencianos en Primera y al Efesé en Segunda.
Ahora, este domingo, el Cartagonova volverá a ser una ‘olla a presión’ que podría ser parecida a la de aquella tarde. Para muchos de los seguidores valencianistas que acudan y repitan viaje será tanto como regresar al ‘infierno’, el Cartagena necesita acabar con su pésima racha pero es verdad que el Levante llega en un estado perfecto de gracia tras 16 jornadas consecutivas sin perder. La invasión granota se da por segura y el ambientazo en el coliseo cartagenerista también.