29 de julio de 2009, 2:00
El desembarco de los extranjeros a prueba en el Efesé
De aquí a tres o cuatro semanas van a continuar en el Cartagena las pruebas de jugadores, en especial de extranjeros dispuestos a pasar por todas las cribas necesarias para situarse en Primera o en Segunda. Les apetece recalar en un equipo español para darse a conocer en Europa y les da igual la crisis porque quieren labrarse un porvenir con el balón.
El Efesé no le hace ascos al mercado africano ni al brasileño por razones de economía.
Un futbolista extranjero que esté aún por pulir y que llegue con poco nombre, casi un desconocido, puede costar hasta un 35% menos que valdría contratar un jugador de Segunda con 35 actuaciones en la Liga.
MAS PRUEBAS
Decenas de jugadores se han puesto en manos de intermediarios, bastantes de ellos agentes FIFA. En el Cartagena, el brasileño Robson Baiano y Quintero, este último panameño, están siendo observados y en próximos días se prevé la incorporación de un paraguayo y de un camerunés.
En todos los casos son jóvenes que en el hipotético caso que sorprendiesen por su rendimiento, en un par de campañas nadando en el éxito, podrían revalorizarse y constituirse en cheques al portador para el Cartagena.
El fútbol de Paraguay ha dado históricamente buenos futbolistas a España. Los aficionados veteranos que sean barcelonistas recordarán a un delantero centro llamado Eulogio Martínez. Tanto de lo mismo ocurre si se les preguntase a un seguidor del Elche que peinase canas. Allí triunfaron Cayetano Re, Laguardia y Juan Ángel Romero, este último fallecido recientemente en la ciudad de las palmeras.
El Cartagena no tiene prisa y ese factor vale su peso en oro a la hora de completar las plantillas. La próxima llegada de extranjeros representa de otra parte un aviso o toque de alerta a los jugadores nacionales que están en conversaciones y no bajan demasiado su caché. La llegada de sudamericanos o de africanos, bastante más baratos, empujará normalmente a la rebaja de los precios de los nacionales.
El caso de Salva Ballesta podría encajar perfectamente aquí. El delantero ex internacional se deja querer, impone unas reglas de juego sin saber que, en un momento determinado, un Robson Baiano o un Quintero, mucho más baratos y jóvenes, se pueden anteponer y frustrar una operación que una vez cerrada en todo caso no garantizaría un rendimiento óptimo de Salva.
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De aquí a tres o cuatro semanas van a continuar en el Cartagena las pruebas de jugadores, en especial de extranjeros dispuestos a pasar por todas las cribas necesarias para situarse en Primera o en Segunda. Les apetece recalar en un equipo español para darse a conocer en Europa y les da igual la crisis porque quieren labrarse un porvenir con el balón.
El Efesé no le hace ascos al mercado africano ni al brasileño por razones de economía.
Un futbolista extranjero que esté aún por pulir y que llegue con poco nombre, casi un desconocido, puede costar hasta un 35% menos que valdría contratar un jugador de Segunda con 35 actuaciones en la Liga.
MAS PRUEBAS
Decenas de jugadores se han puesto en manos de intermediarios, bastantes de ellos agentes FIFA. En el Cartagena, el brasileño Robson Baiano y Quintero, este último panameño, están siendo observados y en próximos días se prevé la incorporación de un paraguayo y de un camerunés.
En todos los casos son jóvenes que en el hipotético caso que sorprendiesen por su rendimiento, en un par de campañas nadando en el éxito, podrían revalorizarse y constituirse en cheques al portador para el Cartagena.
El fútbol de Paraguay ha dado históricamente buenos futbolistas a España. Los aficionados veteranos que sean barcelonistas recordarán a un delantero centro llamado Eulogio Martínez. Tanto de lo mismo ocurre si se les preguntase a un seguidor del Elche que peinase canas. Allí triunfaron Cayetano Re, Laguardia y Juan Ángel Romero, este último fallecido recientemente en la ciudad de las palmeras.
El Cartagena no tiene prisa y ese factor vale su peso en oro a la hora de completar las plantillas. La próxima llegada de extranjeros representa de otra parte un aviso o toque de alerta a los jugadores nacionales que están en conversaciones y no bajan demasiado su caché. La llegada de sudamericanos o de africanos, bastante más baratos, empujará normalmente a la rebaja de los precios de los nacionales.
El caso de Salva Ballesta podría encajar perfectamente aquí. El delantero ex internacional se deja querer, impone unas reglas de juego sin saber que, en un momento determinado, un Robson Baiano o un Quintero, mucho más baratos y jóvenes, se pueden anteponer y frustrar una operación que una vez cerrada en todo caso no garantizaría un rendimiento óptimo de Salva.
