19 de septiembre de 2011, 18:55
“La temporada del Xerez la podemos ir tirando ya a la basura. Después de fuertes emociones con Esteban Vigo y Gorosito, se cruzó en el camino Javi López, un tipo apagado, serio y apático. Como apático ha sido su equipo y la temporada en general.
Soy de los que piensan que los equipos son, tienen la forma de ser, se comportan, como sus entrenadores. Que un entrenador agresivo hace un equipo fuerte y que un entrenador débil consigue que su equipo no transmita nada. Javi López, Ziganda, y Gorosito son los máximos exponentes de cada vertiente. Y eso es lo que nos ha tocado vivir esta temporada en Chapín, la apatía, mediocridad y conformismo de un entrenador que ya venía de fracasar en sus etapas en Nástic, Alavés y Recreativo de Huelva. Se olía.
También es verdad que la clasificación final del Xerez la hubiésemos firmado a inicios de temporada, ya que empezó con una estrepitosa goleada del Cartagena en Jerez por 4 goles a 1. Había mucho miedo. En la jornada 2, se dio mala imagen en Barcelona, pero el vuelo se remontaría con cuatro victorias consecutivas. Victorias que sirvieron para coger aire, aunque no para ganar la total confianza de la afición, que seguía aburriéndose con el juego.
A partir de esa racha, el equipo se instaló en zonas de play-offs, y pese a su irregularidad, obtuvo un cómodo colchón de puntos con respecto a sus perseguidores. El equipo marchaba a las mil maravillas fuera de casa, pero como local siempre le costó. Especialmente en la segunda vuelta, cuando tuvo la inconcebible racha de 5 partidos sin ganar ante Córdoba, Nástic , Alcorcón, Granada y Betis. Especial daño hicieron las derrotas en Alcorcón (3-1) y Granada (5-0). Pero también ha habido momentos buenos, pocos eso sí, como el 4-0 al Valladolid.
La silueta de Javi López inerte, falto de vida, cruzado de brazos en el área técnica contrasta y mucho con la de los aspavientos de Esteban Vigo. O la imagen de Gorosito con un chubasquero dando instrucciones bajo la lluvia. Entrenadores que hicieron vibrar. Aquellos eran equipos vivos, con ganas. Competitivos. Escuchar al Boquerón en sala de prensa era convencerte aún más de que las cosas iban a salir bien, que estaba seguro de lo que hacía y decía. Cogía el toro por los cuernos. Todo lo contrario al catalán, que llena de tópicos sus comparecencias para hablar mucho y decir poco.
La insistencia en Pablo Redondo, un extremo que ni centra, ni desborda, las titularidades de Edu Moya, los continuos hachazos a Antoñito, las pocas oportunidades a Hector Font, el caso Nieto o el suicidio que supone jugar con Raúl Llorente han sido los fallos más graves de Javi López.
A Viqueira al frente de la planificación deportiva se le pueda dar un bien como nota. Pocos jugadores de la etapa en Primera quisieron quedarse, casos de Abel, Bergantiños, Orellana, Calvo, Momo, Casado, Armenteros etc. Por tanto, el gallego tuvo que reconstruir el equipo y acertó de pleno con el fichaje de Jose Mari, de sobra, el jugador más determinante de la plantilla. A su llegada había dudas, pero el sevillano las zanjó de un plumazo.
Se va acabando la 2010/2011, una temporada oscura, de transición tras el descenso. Reconozco que me he aburrido con un entrenador que no sabe sacar lo mejor de sus jugadores y que la palabra motivación ni la conoce.
Una pregunta ha revoloteado por Chapín durante 40 jornadas: ¿ a qué juega el Xerez ? Respondo yo: a nada.
Juanmy Dominguez"
Soy de los que piensan que los equipos son, tienen la forma de ser, se comportan, como sus entrenadores. Que un entrenador agresivo hace un equipo fuerte y que un entrenador débil consigue que su equipo no transmita nada. Javi López, Ziganda, y Gorosito son los máximos exponentes de cada vertiente. Y eso es lo que nos ha tocado vivir esta temporada en Chapín, la apatía, mediocridad y conformismo de un entrenador que ya venía de fracasar en sus etapas en Nástic, Alavés y Recreativo de Huelva. Se olía.
También es verdad que la clasificación final del Xerez la hubiésemos firmado a inicios de temporada, ya que empezó con una estrepitosa goleada del Cartagena en Jerez por 4 goles a 1. Había mucho miedo. En la jornada 2, se dio mala imagen en Barcelona, pero el vuelo se remontaría con cuatro victorias consecutivas. Victorias que sirvieron para coger aire, aunque no para ganar la total confianza de la afición, que seguía aburriéndose con el juego.
A partir de esa racha, el equipo se instaló en zonas de play-offs, y pese a su irregularidad, obtuvo un cómodo colchón de puntos con respecto a sus perseguidores. El equipo marchaba a las mil maravillas fuera de casa, pero como local siempre le costó. Especialmente en la segunda vuelta, cuando tuvo la inconcebible racha de 5 partidos sin ganar ante Córdoba, Nástic , Alcorcón, Granada y Betis. Especial daño hicieron las derrotas en Alcorcón (3-1) y Granada (5-0). Pero también ha habido momentos buenos, pocos eso sí, como el 4-0 al Valladolid.
La silueta de Javi López inerte, falto de vida, cruzado de brazos en el área técnica contrasta y mucho con la de los aspavientos de Esteban Vigo. O la imagen de Gorosito con un chubasquero dando instrucciones bajo la lluvia. Entrenadores que hicieron vibrar. Aquellos eran equipos vivos, con ganas. Competitivos. Escuchar al Boquerón en sala de prensa era convencerte aún más de que las cosas iban a salir bien, que estaba seguro de lo que hacía y decía. Cogía el toro por los cuernos. Todo lo contrario al catalán, que llena de tópicos sus comparecencias para hablar mucho y decir poco.
La insistencia en Pablo Redondo, un extremo que ni centra, ni desborda, las titularidades de Edu Moya, los continuos hachazos a Antoñito, las pocas oportunidades a Hector Font, el caso Nieto o el suicidio que supone jugar con Raúl Llorente han sido los fallos más graves de Javi López.
A Viqueira al frente de la planificación deportiva se le pueda dar un bien como nota. Pocos jugadores de la etapa en Primera quisieron quedarse, casos de Abel, Bergantiños, Orellana, Calvo, Momo, Casado, Armenteros etc. Por tanto, el gallego tuvo que reconstruir el equipo y acertó de pleno con el fichaje de Jose Mari, de sobra, el jugador más determinante de la plantilla. A su llegada había dudas, pero el sevillano las zanjó de un plumazo.
Se va acabando la 2010/2011, una temporada oscura, de transición tras el descenso. Reconozco que me he aburrido con un entrenador que no sabe sacar lo mejor de sus jugadores y que la palabra motivación ni la conoce.
Una pregunta ha revoloteado por Chapín durante 40 jornadas: ¿ a qué juega el Xerez ? Respondo yo: a nada.
Juanmy Dominguez"
