Los dirigentes levantinista pretenden esperar a hacer oficial su contratación. Caminan con suma discreción. En cambio, ayer por la mañana el preparador alicantino, como ya sabéis, acudió a las oficinas del Cartagena para zanjar los asuntos relacionados con su finiquito. Cansado después de toda una noche de conversaciones, admitió el interés del Levante. Sin embargo, se resiste a dar por hecha la operación. «Es una gran oportunidad para entrenar en Primera. Hay contactos, pero no he firmado. Son contactos como pueden ser con otros entrenadores que interesen», aseguró desviando la atención.
Y es que Juan Ignacio Martínez prefiere hablar con cautela mientras siga sin haber un entendimiento definitivo. Recientemente, sus experiencias no han sido muy halagüeñas. Durante las últimas semanas ha estado cerca de incorporarse tanto al Almería como al Hércules y finalmente todo se fue al traste. Ahora habla con cautela. «No me quiero hacer ilusiones para no darme luego un batacazo», añadió.
En principio, su llegada al Levante irá rodada. Pocos inconvenientes pueden existir por ambas partes. Desde que Luis García comunicó al Levante su deseo de salir a principios de la semana pasada, la posibilidad de Juan Ignacio Martínez ha figurado entre los elegidos para suplir al técnico que se marchaba.Para el alicantino, sentarse en una banquillo de Primera en un sueño. Y encima en un club de la Comunitat Valenciana..
Si finalmente se cierra su incorporación, aterrizará acompañado de su segundo, Javier Pereira. También tratará de incluir en el cuerpo técnico azulgrana al preparador físico, Paco Imbernón, aunque el Levante desea mantener a Estanis.
Además, se prevé que proponga el fichaje del delantero Toché y el lateral izquierdo Botelho. Por otra parte, la renovación de Munúa está muy encaminada y, con la salida de Luis García, el club ha optado por solictar de nuevo la cesión de Wellington
