3 de junio de 2013, 1:33
tarde de mal recuerdo, otra más, para el cartagenerismo colectivo. Las lágrimas de Mariano Sánchez al retirarse vienen a escenificar el fracaso más absoluto de un Cartagena que empezó la competición como en tiro que apuntaba a paseo en barca pero que no hibo nada más lejos de la realidad.
Mariano, cuyo partido ante el Caudal podría ser el último de su carrera deportiva, no fue el único que derramó lágrimas ya que en el banquillo cartagenerista también se derramaron unos cuantas cuando se veía que el partido acabaría en un mal final.
Pero hubo más imágenes tristes en las gradas, las del propio Pedro Reverte, abatido por completo al final, sentado en el palco y sin ganas de decir otra cosa que no fuese que pasara el tiempo rápido.
Una tarde de mal recuerdo, otra más àra la ya larga colección en la historia cartagenerista.
