22 de noviembre de 2009, 1:00
Hoy se ha visto uno de esos partidos que tenemos en la mente todos los cartageneristas que peinamos canas (y algunos de los más jóvenes también). Hemos sufrido con el equipo en un primer tiempo de toma y daca en el que no se puede destacar a ninguno de los contendientes ya que ninguno de ellos ha realizado jugadas que merezcan destacarse (que lástima de ese tiro al larguero finalizando el primer tiempo)
Después, en la jugada tonta del partido (en realidad la jugada tonta y estúpida fue la del primer tiempo) que representa la segunda amarilla para Cygán que abandona el campo con 35 minutos de partido por delante.
El Cartagena que apela a la épica y mantiene el tipo ante el acoso de La Real permitiéndose el lujo de contraatacar con cierto peligro hasta poner en un brete la portería contraria a falta de escasos minutos para el final con el desastroso desenlace de que la jugada siguiente acaba con todo el esfuerzo realizado por el Cartagena en una colosal segunda parte.
Por mi cabeza ha rondado el fantasma de la endémica “desjarcia” que tenemos los cartageneristas en esto del ‘deporte rey’ pero no nos queda más remedio que levantar la cabeza y continuar luchando para acabar, de una vez por siempre, del cenizo que llevamos a cuestas.
Lo cierto es que me las prometía muy felices (antes de empezar ya decía que firmaba el empate) pero viendo el partido entre cartageneros a medio camino entre Cartagena y San Sebastián, el batacazo ha sido mas suave.
Después, en la jugada tonta del partido (en realidad la jugada tonta y estúpida fue la del primer tiempo) que representa la segunda amarilla para Cygán que abandona el campo con 35 minutos de partido por delante.
El Cartagena que apela a la épica y mantiene el tipo ante el acoso de La Real permitiéndose el lujo de contraatacar con cierto peligro hasta poner en un brete la portería contraria a falta de escasos minutos para el final con el desastroso desenlace de que la jugada siguiente acaba con todo el esfuerzo realizado por el Cartagena en una colosal segunda parte.
Por mi cabeza ha rondado el fantasma de la endémica “desjarcia” que tenemos los cartageneristas en esto del ‘deporte rey’ pero no nos queda más remedio que levantar la cabeza y continuar luchando para acabar, de una vez por siempre, del cenizo que llevamos a cuestas.
Lo cierto es que me las prometía muy felices (antes de empezar ya decía que firmaba el empate) pero viendo el partido entre cartageneros a medio camino entre Cartagena y San Sebastián, el batacazo ha sido mas suave.
