Con Rubén Castro como estandarte de un conjunto que funciona porque reúne futbolistas de mucho nivel pero la verdad es que Luis Carrión ha sabido darle la vuelta al calcetín. El preparador barcelonés, cuando le llamaron, no se lo pensó dos veces. Cogió una maleta, se dejó a su mujer y a sus dos niños pequeños en Barcelona y se vino para Cartagena a echar un primer vistazo de cómo estaba la cosa. Tenía 21 partidos por delante, 63 puntos para sacar a aquel Efesé del pozo en donde estaba sumido. Con paciencia, inyectando optimismo, tapando los agujeros que tenía aquella defensa, Luis Carrión fue ganando puntos aquí y allá hasta que su equipo fue tomando forma, se lo fue creyendo y poco a poco iba saliendo del infierno en el que había caído.
A falta de dos jornadas para el final el Cartagena ya estaba salvado. Había ganado dos partidos que parecían un imposible, al Espanyol en su propio Stadium solo una semana después de conseguir sellar el regreso ‘periquito’ a la Primera División y a un Almería que necesitaba ganar a toda costa en el Cartagonova para clasificarse para el playoff que luego perdería el equipo de Rubí. En plena pandemia, con los estadios vacíos, Luis supo meterse a todo el mundo en el bolsillo, hizo que se creyera en él y el Cartagena se salvó.
Luis Carrión dando instrucciones en el último partido frente al Fuenlabrada / Foto RAUL VELASCO UP PROJECT
La renovación no tardaría en caer; se sentó con los jefes y pronto acordaron un año más de contrato pero había que darle una vuelta a la plantilla aunque la renovación de Rubén Castro, 40 años extraodinarios, era vital porque era asegurar goles. Y aunque Raúl Navas se marchó porque así lo diseñó Belmonte y Toni Datkovic dio el salto a EE UU tras una oferta irrechazable a Luis Carrión no se le oyó una palabra más alta que otra, ni una sola queja.
Las primeras jornadas no fueron las mejores y hubo que esperar a la cuarta jornada para consumar el primer triunfo (2-1 al CD Lugo). Supieron hacerse fuertes en casa donde uno tras otro, todos caían en el Cartagonova. En la jornada 11 se metían por vez primera en zona de play off. ¿Una casualidad? Eso decían algunos, pero ahora ya se ha visto que no y aunque nadie lo dice (todavía) pero el cambio de objetivos (evitar el descenso por intentar el ascenso) está a la vuelta de la esquina. Y ahí está, ahí sigue Luis Carrión, pidiendo ahora que sus jugadores siguen así, que la humildad no se puede olvidar pero, gota a gota, está sabiendo transmitir la ilusión que este hombre ha desprendido desde el primer día que llegó.
Todo apunta a que Luis todavía tiene mucho que decir desde el banquillo. De momento es el entrenador de moda en la Liga Smartbank, está en el Top-6 porque ha sabido transformar a este Cartagena, al que le ha dado la vuelta como a un calcetín.