Luis Godínez ha alcanzado el magisterio en dos frente diferentes: el de la fotografía y el del fútbol, en ambos casos viendo los toros desde la barrera, desde con su teleobjetivo preparado y ha sabido y sabe captar con pericia los momentos más interesantes de ambos espectáculos, el de la fiesta Fiesta nacional tan polémico desde hace algún tiempo, y el del balompié que sigue por los siglos con su grandezas y sus miserias, con problemas de altísimo calado en estos momentos, sin una soluciones claras por la situación de la pandemia.
Godínez Roa presenta una hoja de servicios múltiple que se asemeja a un objeto tan sencillo como el calidoscopio donde al más mínimo movimiento o agitación del cilindro sus figuras cristalinas pueden cambiar en un juego de sorpresas durante un tiempo. Luis fue empleado de la Empresa Nacional Bazán hasta que surgió una propuesta de la administración de la empresa por la que fue baja voluntaria o pactada, con otros compañeros de la factoría, mediante una compensación económica, en aquellos tiempos en torno a los 7 millones de pesetas.
El hoy maestro y decano de los fotógrafos cartageneros tomó el camino de la profesión y consideró interesante, para prolongar su vida laboral, el establecimiento de un local de fotografía en la plaza de San Francisco. Aquello no terminó de cuajar, por la desertización de la zona, y pasando el tiempo, con la economía apretada, decidió buscar fortuna en las Américas, en esta en este caso en USA, en el estado de Los Ángeles a donde un día se trasladó con su hermano. Pero ambos de sopetón se encontraron un día después de la llegada conque un terremoto de esos de más del grado 8 en la escala Richter puso patas arriba la ciudad. El seísmo les jugó una mala pasada, ya nos podemos imaginar.
Ejerció de delineante, topógrafo, modelo de pasarela y entrenador en el fútbol base
Godínez ha sido en su juventud modelo de pasarela, también delineante y asimismo topógrafo, y no recordamos y otros oficios al margen de su no muy lejana etapa de entrenador o segundo de preparador con dedicación al fútbol base. En la actualidad con 66 años consume el tiempo con sus dos aficiones principales. No falta a ninguna actuación del FC Cartagena en casa. Y continúa soñando no con los angelitos de aquel Los Ángeles aterrorizado sino con un proyecto en el aire, un sueño sin fecha para que el nuevo recinto multiusos, en Mandarache o donde diablos sea, sirva tanto para la fiesta nacional como para otras celebraciones como las de las fiestas de Carthagineses y Romanos.
Con los
Con los veteranos del Cartagena en el Gómez Meseguer.
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