Las campañas del guardameta Luis Raudona en el Cartagena fueron muy intensas y el de Santiponce no cedió un ápice las posibilidades de jugar a compañeros en el mismo puesto de trabajo como Sebastián, Pedro Muñoz o Moreno Boluda. De los tres tiene el mejor recuerdo y considera que todos ellos tenían condiciones idóneas para ser titulares.
Pero en su carrera sobresalió, por lo que respecta a su paso por la entidad albinegra, la serie de encuentros relevantes que disputó, de alta tensión en jornadas decisivas.
Estuvo cerca de alcanzar con sus compañeros el ascenso en determinadas ejercicios pero el Racing Santander se cruzó en el sendero ganando de aquella forma en el estadio de Las Margaritas de Getafe (3-4) y más adelante, asimismo perdió con el charrúa Voltaire García de entrenador en la 'encerrona' de El Vivero en Badajoz, una caldera a mil grados.
Al acabar su actuación en el club del estadio Cartagonova, presidido por José Luis Belda Guardiola, se trasladó a tierras de Marbella donde despachó tres campañas en Segunda y una en 2B. Cuatros campañas con la presión que representaba el mandato del famoso Jesús Gil, con el que de vez en cuando mantenía conversaciones dado que Raudona era capitán del equipo marbellí. En la Costa del Sol dice estar en situación de proclamar sin tapujos que vivió experiencias increíbles.
En Marbella. donde estuvo cuatro campañas, el público apenas asistía a los encuentros
En Marbella, lo ha dicho en la entrevista mantenida con Sportcartagena, no había afición suficiente para responder a las urgencias de éxitos que tenía la entidad. En cuanto a la dirección en sí con el señor Gil moviendo los hilos, hubo una temporada en la que el club costasoleño tuvo nada menos que siete entrenadores, hemos escrito siete algunos de ellos extranjeros y seguramente entraban en el capítulo de los caprichos del jefe. Fueron en la campaña 94-95 estos técnicos: Šekularac, Nene, Nestorovic, Ramón Blanco, Javi Nevado y Delfín Álvarez.
Raudona en su despacho de la empresa que lleva con otros socios.
En 1997-98 Luis Raudona decidió acercarse al campo de Cartagena para defender la portería del Mar Menor, equipo de San Javier que actuaba en el grupo andaluz de segunda división B. No fue la mejor campaña para el club del estadio Pitín, puesto que acabó colista. Descendió de categoría y el guardameta sevillano y excartagenerista en el balance de treinta y dos partidos encajó 46 goles. El equipo marmenorense tuvo cuatro entrenadores: Fernando Rovira, Antonio Pedreño, Carlos Simón y Causanilles.
Luis se despidió del fútbol, con 33 años, en el onubense Isla Cristina, un club que caminaba colista y desahuciado, una circunstancia que derivó en la retirada de la competición. Más adelante Luis Raudona ingresó en una empresa de contrataciones de jugadores, como empleado, y más adelante lo dejó para formar propia agencia en sociedad con unos amigos. Hoy parte de la jornada profesional en esta situación de COVID-19 la resuelve con actuaciones telemáticas. Nunca había conocido la eficacia del sistema.
Antes de firmar en Cartagena jugó en el Olímpico de Játiva.
Sabe Raudona que ha dejado en Cartagena multitud de amistades, personas del fútbol y fuera del fútbol con las que nunca ha dejado de estar en contacto en la distancia, desde su residencia en Santiponce, la tranquila y bella población de menos de diez mil habitantes, a muy corta distancia de la capital de la Giralda.