16 de octubre de 2013, 16:43
Resultado al margen hacer más de 1.300 kilómetros en menos de 24 horas para ver un partido de fútbol como este Tudelano-Cartagena tiene mérito. Diríamos que mucho mérito. Hay que salir muy temprano y regresar de madrugada para dormir unas pocas horas que permitan ‘dar el callo’ al día siguiente.
Entre tanto ahí están, repletos de una ilusión y un cartagenerismo fuera de toda duda y que nadie puede discutirle. Son la representación de la afición.