Si otras veces hemos resaltado la actuación del riojano Daniel Ocón Arráiz esta vez tiene que ser todo lo contrario. Ofreció un arbitraje casero y el mero hecho de emplear la llamada 'ley de la compensación' ya pareció un hecho imperdonable que acabó siendo decisivo en el desarrollo del partido.
Ocón Arráiz tuvo ramalazos de ser un colegiado casero y de dejarse llevar poe el ambiente de Riazor, con más de 25.000 seguidoresen las gradas. En jugadas que ofrecían dudas siempre decantó la balanza hacia el lado deportivista.
Pero la jugada que más daño hizo fue la expulsión de Abraham Paz, al que en apenas nueve minutos le mostró dos tarjetas casi iguales, sencillamente por una apreciación suya. A Txiki también le mostró otra muy rigurosa que obligó a que el lateral albinegro jugase con el 'freno' puesto porque corría el riesgo de irse a la calle. Y por si era poco a Josemi le mostró otra tarjeta amarilla cuando el defensa cartagenerista apenas llevaba un minuto de juego.
Mala actuación la de Ocón, ya que esta vez se decantó del lado del más poderoso.
