El renovado Cartagena, el de los quince nuevos fichajes, no fue un equipo competitivo en el debut de la Liga en Alicante. Al Hércules se le vio más puesto, más fresco, más dominador del centro del campo, más certero cara al gol y además contó con el acierto de su meta Falcón al despejar el penalti lanzado por Álvaro Antón a los 19 minutos. Después, enseguida se unió el problema de la lesión de Collantes. Y ahí se apagó el esta tarde equipo amarillo, que saltó a la cancha con la publicidad del negocio bodeguero de su presidente en el pecho.
La capacidad de reacción de los cartageneristas fue nula en el resto del partido. Goiría fue el relevo de Collantes y no aprovechó la oportunidad –ni un tiro a puerta herculana- y los intentos atacantes no fructificaron. El centro del campo de Paco López tampoco funcionó, las bandas fracasaron y el sistema defensivo dio una de cal y otra de arena, con algunos errores.
SIN COORDINACION
Demasiadas pifias para empezar el menú de la Liga. La coordinación estuvo ausente la mayor parte del partido. Se comprende la falta de compenetración, que llegará con los encuentros, pero es que al equipo le faltó consistencia, garra y decisión. Sin estos ingredientes el Hércules acabó merendándose al cuadro de López.
Visto así el panorama fue como si al Cartagena se le hubiese quedado corta la etapa de pretemporada. La puesta a punto no se vio en el Rico Pérez con la excepción de los primeros veintitantos minutos. Estuvo especulando con alguna soltura, sin agobios y sin prisas, porque el Hércules no apretaba pero los de Mandiá tomaron oxígeno con el 1-0, a los 34 minutos, con el tiro de Callejón desde fuera del área, con un remate raso que en efecto metió a los visitantes en un callejón sin salida.
El Cartagena fue perdiendo gas, decayó anímicamente y el Hércules se creció a Tiago sacó la
batuta para mandar. El centro del terreno fue albiazul y toda la segunda parte fue un quiero y no puedo. Decepcionante para los cerca de 300 seguidores cartageneristas. Un mal comienzo que se consolidó sobre la marcha en un enfrentamiento en el que los que quizás más dispararon fueron los que no eran delanteros, como Abraham Paz, que ensayó en el minuto 87 un tiro desde más de 30 metros.
Al equipo y al entrenador le faltaron rodaje. Esta es la conclusión que se obtiene de un partido bien ganado por el Hércules, que fue más incisivo y vertical. Es verdad que los alicantinos tuvieron la suerte de cara en momentos determinados, pero es que este desvaído Cartagena poco hizo para progresar. Fue un mal partido colectivo, sin jugadores sobresalientes. Un fiasco para abrir boca.
