Marcos poco o nada pudo hacer en los goles encajados en los 12 primeros minutos de juego. En el primero fue una jugada clara de estrategia en la que Óscar Ramirez nada pudo hacer porque el jugador marbellí entró en solitario por su banda, y en el segundo gol fue una de esas jugadas desgraciadas, de mala suerte, en la que Marcos habría cogido sin problemas el balón de no haber andado por medio la bota de Óscar Ramirez, que acabaría mandado el esférico a la red.
En el resto del partido su participación fue más bien escasa ya que el Marbella se lImitaría a marcar sus goles y a verlas venir para el resto del encuentro.