La portería del Cartagena es un lugar de máximo peligro para sus inquilinos ya que, desde la salida de Limones, no se han terminado de resolver aquellas dudas generadas en su día por el propio Alberto Monteagudo con cambios continuos hace dos temporadas que acabaron con la salida de los dos poteros, Limones y Marcos.
La llegada de Pau Torres, lejos de aclarar aquellos problemas, incidió en más de lo mismo, rematados con el gol tremendo de Majadahonda. Aquella jugada fue tan lacerante que acabaría con la salida del meta catalán, de regreso al Lleida en donde juega y parece estar feliz.
Pero el problema en Cartagena se mantenía o se mantiene en la portería, máxime tras el gol del empate del Jumilla donde Mario Fernández dejaría la sensación de haber podido hacer algo más en la acción protagonizada por Donovan Wilson en el minuto 35, que ponía el 1-1 momentáneo en el marcador.
En la reanudación todo fue distinto para el guardameta albinegro. Mejoró de forma considerable en todas y cada una de sus actuaciones hasta el punto de acabar dando seguridad a la zaga en las pocas jugadas, aunque con acierto, en las que tuvo que intervenir especialmente en un mano a mano en el minuto 83 evitando el que pudo haber sido el segundo gol jumillano.
