Los futbolistas del cartagena no tuvieron más remedio que dirigirse al final del partido hacia dónde se encontraban los seguidores cartageneristas y premiarles con un aplauso. Porque no fue para menos. Dieron la cara de principio a fin y apoyaron hasta en los peores momentos, que fueron bastantes.
Para los que acudieron hasta la Condomina no fue fácil aguantar estoicamente la dura tarde que tocó soportar. Lo mejor es que no hubo incidentes a pesar de que en algunos momentos los ánimos estaban bastante caldeados, especialmente tras las expulsiones.
Hay que destacar que no hubo insultos salvo el "murciano el que no bote”. Pero esta vez no se oyó el clásico ‘Puta Murcia oé’. Las duras sanciones a las que muchos se arriesgaban si traspasaban el umbral de los insultos seguramente tuvo que ayudar mucho a que todo se redujese a un "Cartagena es un pueblo y Murcia capital”, inevitable tal y como se había puesto la tarde.
