Hay que recordar que Miguel Ángel Cordero, antes de fichar por el Cartagena primero y por el Nástic de Tarragona antes fichó por el AEK y aquel mismo año este histórico equipo griego perdió dos categorías para acabar en la Tercera división.
Entre problemas deportivos y económicos, la entidad helena tocaba fondo. Cordero tomó una decisión difícil aquel infausto verano. Apostó por quedarse, ayudar al equipo desde abajo y recuperar la grandeza que siempre tuvo. La decisión salió bien. Acabó siendo el capitán del AEK logrando volver en su momento a la máxima categoría del fútbol nacional. Luego, acabó su etapa griega y volvio a España. En Cartagena ha echado raíces y, junto a su esposa y su niña, se siente como en casa.
Cordero fue el ADN sevillista que corría por el brazalete del AEK, del Nástic y desde hace tres exitosas temporadas, del Cartagena. Él, siempre que se enfrenta al Sevilla, aunque sea al filial, recuerda lo mismo. “Sólo me quedó la espinita de no haber debutado con el primer equipo. Pero aquellos años, la gente allí, el ascenso...me quedo con todo eso", señala siempre el jugador.
Cordero en la actualidad lleva disputados 16 partidos y su regularidad, primero con Monteagudo, después con Munúa y ahora con Borja Jiménez, están siempre fuera de toda duda.
