Mirad al Murcia

 Y, en la siguiente, rozando la Primera con mucha suerte, se encuentra en 2ª B por los errores, por  seguir sin pagar, en un grupo en el que tendrá que hacer demasiados kilómetros (los mismos que si jugara en la División de Honor) y obligará –o fastidiará a los demás equipos, inocentes todos, del grupo- a hacer un viaje a Murcia, la capital del altísimo calor, desplazamiento larguísimo e incomodísimo. Y no sé si se han quejado. Los castigan por los errores de otro.

En el fútbol no se puede creer porque es puro negocio. Un grupo de caraduras supuestamente líderes lo único que quieren es llevárselo. Y parece claro desde fuera  que Samper llegó a las inmediaciones del Segura a llevárselo. Calentito. Dulcemente. Fácilmente. Como quieran. Nuevo estadio, mucha construcción, mucho dinero por medio, muchas instalaciones alrededor de la Nueva. Mucho negocio condominero. E incluso más negocio también en el gran parque de la Región de Murcia. Está en todo. Un lince cuando huele un billete.

Los políticos, mirando o colaborando. Los aficionados, esperando. Y el desastre económico poquito a poco minando a un club histórico.

De los políticos, ya se sabe, mejor no hablar. Es como el ébola. ¡La que tenemos en España!. Qué epidemia.

Y a los aficionados –la mayoría no piensa- se les lleva donde se quiera siempre que entre la pelotita. El fútbol se ha convertido en la religión de muchos y tiene mucha más fuerza que  las creencias íntimas. Equipo que va arriba puede pedir a los fans lo que quiera incluso aceptarán la corrupción generalizada o mirarán para otro lado. Ponen su alma en los colores y, si hace falta, se la venden al diablo.

Encima Samper venía al Murcia “como hombre de fútbol” por sus cargos en la cúpula. Me asombra cómo estos personajes se cuelan por todas las rendijas aunque acumulen fracasos. Y la labor deportiva no ha podido ser más desastrosa. Desastre espectacular de gestión deportiva y no digamos económica.

Estos que vienen de fuera a arreglar el problema a los de dentro terminan en dejarlo todo como un erial en un número muy grande de casos. Claro, es mejor que trabajen los demás y nos lo den hecho. Y nosotros a mirar, criticar y no mover un dedo. Nuestros problemas, sean del tipo que sean, los tenemos que resolver nosotros, nunca los demás…que siempre vendrán a por algo. Como en todo, puede haber excepciones.

Esto de que entre la bolita hace milagros. Todavía estoy impresionado por la cara de Florentino en la final de la Champions entrada ya la prórroga. No he visto a ningún cadáver de verdad tener peor cara que la del señor Pérez, que veía que se le acababa el momio y estaba en la calle junto a Casillas por el gol que había encajado. Millones y millones danzando cada año y la Décima no llegaba.

Pues bien, el gol de Sergio Ramos hizo el milagro de que viera, por primera vez en mi vida, resucitar el cadáver con peor cara que se pueda contemplar. Y encima  -lo repito- dando más saltos, sin pudor, que la mona de Tarzán.

Decía mi suegra muy gráficamente que la educación todo lo tapa. Y en fútbol lo tapan todo los triunfos. Igual que la sangre de los toreros tapa todo lo oscuro que pueda haber en el planeta de los toros, como lo llamaba el gran Díaz-Cañabate.

Si el Murcia hubiera tenido la suerte de ascender a Primera, que pudo, no habría pasado nada. Todo sonrisas, parabienes, dinero esperando y a vivir que son dos días. Sería un respetable equipo de la mejor liga del mundo, dicen (¿), en el mejor sitio.

Todo es echarle cara y tener padrinos. Miren al tándem Villar (quizá la persona más repugnante de España en un mundo de repugnantes, que ya es difícil tener ese título) cogidito de la mano del Marqués, que ha decidido poner cara de cemento, hierro, piedra, amianto, acero y todos los elementos más duros que existen en el mundo.

La de futbolistas que han sido perjudicados. Pienso, como ejemplo, en Hugo Álvarez. Fracasó su Cartagena y vivía en Murcia. (¿Para cuándo se impone vivir en la ciudad que se trabaja?). Se fue al Jaén y lo descendió. De ahí saltó al Murcia para estar cerca de la novia y otro descenso (dos en pocos meses) y ahora se ha ido muy cerca, al Tenerife…

Mientras tanto, miremos al Murcia y aprendamos la lección, que es mucha y muy profunda.