Lo del Mirandés y la Copa del Rey es para tenerlo en cuenta. Siempre se ha dicho que el torneo del KO vieve de las tremendas sorpresas de los equipos más pequeños, tipo Mirandés, que en apenas cuatro años ha logrado llegar a unas semifinales de Copa y unos cuartos de final. Lo que se dice todo un idilio. El Cartagena, lo más lejos que llegó fue en la 1971/72 ante el Athletic de Bilbao en octavos de final, y en la 1991/92 ante el Athletic de Bilbao nuevamente, pero en dieciseisavos de final.
Muchos aficionados recordarán aúyn cuando el Mirandés acabó en San Mamés, donde el equipo rojillo cayó a plomo tras haber eliminado a tres equipos de Primera: Villarreal, Racing y Espanyol. Se quedó a las puertas de la final, aunque sólo dos días después ganó la suya propia: la eliminatoria de ascenso a Liga Adelante contra el Baleares. Pablo Infante, delantero de 'casa', fue el máximo goleador de aquella edición con siete dianas.
El recorrido de esa temporada empezó con curvas porque el Mirandés llegó a perder en segunda ronda contra el Osasuna, pero una reclamación por alineación indebida le salvó del adiós prematuro. Un asterisco en el avance de un equipo que tumbó al Málaga y al Deportivo en eliminatorias a doble partido sin perder ninguno. Antes había dejado fuera al Oviedo, rival directo por el ascenso a Primera.
Porque entonces, como ahora, la gesta en la Copa del Rey es un extra que no desvía la atención del gran objetivo en que el Cartagena también piensa igual, el ascenso de nuevo a Segunda A. Pero no se podrá discutir que existe todo un idilio del Mirandés con la Copa del Rey.