Gustavo Munúa volvió a convertirse en el centro de la inmensa mayoría de las críticas de sus seguidores. La tardanza en ejecutar los cambios –el primero fue en el 68 y por la lesión de Antonio López y el segundo, de Fito por Moyita no llegaría hasta el 79- fue uno de los principales motivos por las protestas de los seguidores y abonados más exigentes.
No es la primera vez que ocurre en el Cartagonova. El bache que duró mes y medio fue un criadero de críticas que se fueron multiplicando contra un entrenador que ha tenido que nadar muchas veces a contracorriente.
En esta ocasión el hecho de que no supiera o no pudiera oxigenar al equipo como daba la impresión de que estaba ocurriendo y el dejarse superar la ventaja de 1-0 con la que los albinegros se fueron al descanso hicieron todo lo demás. La afición cartagenerista es exigente y esta derrota puede traer consecuencias a poco de que los albinegros acabasen su aventura en la lucha por el ascenso. Los gritos de protesta contra Munúa fueron muy significativos.