Solo a los nervios y a ser malos encajadores cabe achacar el tono de la nota que los dirigentes del FC Cartagena SAD han puesto al redactar lo que ellos creen deben aclarar, respecto al futuro profesional del jugador Cristo Martin. Improcedente al tachar gratuitamente de malintencionada la información, que sin duda ellos (con el propio futbolista) habrían preferido se diese a conocer a partir del 1 de julio. Hasta ahí podíamos llegar.
A estas alturas de la película los nerviosos directivos del FCC, seguramente acostumbrados a querer controlarlo todo y dirigir la orquesta, dudan del cartagenerismo de este medio digital, que es independiente o al menos lo pretende y, más que dudar, se lanzan olímpicamente a la piscina para ver gigantes donde solo hay molinos de viento. Aprovechan el propio desliz del presidente Paco Belmonte, afeada por este medio su errónea decisión de ningunear a las jugadoras campeonas del fútbol femenino –las del Minerva Cartagena, que mostraron una pancarta crítica en la Clausura de la competiciones municipales- y nos obsequian, a Sportcartagena, con unos calificativos, como el de desestabilizadores e intoxicadores, que ya es el colmo de las sandeces.
Nosotros no necesitamos acreditar nuestra solidaridad con el deporte local, incluido el fútbol en su nivel más alto, gracias a las cosas bien hechas, que han sido abundantes por parte de esos dirigentes que ahora nos confunden; pero también cuando se mete la pata, señores de la dirección del club, habrá que decirlo, ¿o no? No van a encontrar en nosotros la sumisión y condescendencia de otros. Allá cada cual con su conducta. Apena comprobar que por ser fieles a los lectores y a la independencia de criterio, desde la dirección del club se nos quiera meter ahora en el saco del demonio y ponernos lo que se dice a los pies de los caballos. Y que todo esto lo hagan periodistas en tiempo pasado, aún es más de lamentar.
Deseamos que con el ascenso del equipo, que podrá llegar -ojalá- el 25 de junio, se les pase la crisis nerviosa.
