La idea de mandar al paro a Pacheta en la primera curva del camino la ha venido incubando el dueño del Cartagena, Paco Gómez, desde que se perdió el liderato la tarde del Betis B y que una semana después el equipo fue incapaz de recuperarlo en Sangonera a pesar de llevar una clara ventaja de 0-2.
El presidente tenía claro que, si el Cartagena no era el campeón, Pacheta lo pagaría con su cabeza. Nada de medias tintas. Así que Gómez se lo comentó a varios de sus colaboradores más cercanos y se puso a buscar a la persona idónea en estas circunstancias. Y lo encontrío: José Miguel Campos.
El técnico mazarronero ha estado otras veces en las quinielas para el banquillo del Cartagonova. Pero nunca tan cerca como ahora. Campos es la persona idónea para estos momentos de urgencia. Pocos entrenadores habrá ahora mismo en España capaces de aceptar la oferta de un loco, futbolísticamente hablando, como es el empresario de Jacarilla que, a pocas horas del sorteo de playoff, se atreve a desfenetrar a su entrenador sin importarle nada ni nadie. Y Campos, sin embargo, sí está dispuesto. No tiene nada que perder y, sin embargo, sí puede ganar mucho.
Su situación laboral, con un puesto de trabajo por estrenar en Murcia, seguramente podrá esperar. Si esa parcela ya la tiene controlada, Campos será el nuevo entrenador cartagenerista. SPORTCARTAGENA ya lo avanzaba a sólo unas horas de haberse producido el despido de Pacheta, con el cuerpo ‘caliente’ aún del burgalés delanbte de la guillotina. Algunos medios de la zona de Murcia se han ido uniendo a esta posibilidad y en el entorno más cercano de Campos dan por seguro que habrá un acuerdo con Gónez.
La cuestión de Luis Garcia Tevenet, sin ser un disparate, va a tener que esperar. El sevillano le convence a Paco Gómez para encabezar un proyecto nuevo en Segunda B llegado el caso. Pero eso todavía está por ver.
Es verdad que su nombre se ha barajado por los ‘hombres sabios’ del Cartagena. Pero va a tener que esperar, dependiendo de lo que ocurra con Campos que, ciertamente, se encuentra de lo más ilusionado esperando la llamada de Pedro Reverte, el director deportivo albinegro por el que su presidente ha vuelto a pasar por encima, sin importarle mucho su opinión.
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