14 de julio de 2014, 16:52
Si el año pasado los anteriores dirigentes cartageneristas optaron por una medida válida, como se demostró después, de ir presentando en tandas y repartidos por los distintos lugares emblemáticos de la ciudad (el Icue, la plaza Héroes de Cavite, el Monumento al Procesionista…) en esta ocasión todo ha sido bien distinto y de una vez.
Los 12 jugadores que hasta la fecha tiene el equipo –sólo faltó a la cita Carlos Martínez (La Hoya) porque el club no lo había confirmado a esas horas- acudían al hotel Posadas de España, a la entrada del Polígono Cabezo Beaza para proceder, en un acto social, a su presentación.
Y así fue. Poco a poco los futbolistas, los que quedan de la pasada campaña y los actuales. Julio César Ribas, el manager general, ya estaba allí desde una hora antes como mínimo reunido con Paco López y posteriormente con el resto de su equipo técnico. El uruguayo ha hecho de este hotel su ‘cuartel general’ como después fuimos viendo.
Estaban todos. O casi. Los de la pasada temporada (Limones, Tarantino, Sergio Jiménez…), los que regresan a casa con el firme propósito de estar más tiempo que en su primera etapa (Ceballos y el aguileño Ramón Arcas), los que otras veces estuvieron bien cerca (Jorge Luque), los soñados por la afición (Prosi) o los que llegan con la etiqueta de ‘nuevos’ dispuestos a triunfar (Nacho Neira, Chus Hevia, Germán, Migue o Gato).
Cuando ya estaban todos apareció Javier marco, el joven presidente albinegro que se convertía con una desenvoltura más propia de un presentador que otra cosa para decirnos, uno por uno, todos los jugadores que estaban presentes. Nadie habló de objetivos, ni de ascenso, ni de nada. Pero hablando con todos y cada uno de los jugadores en todos ellos subyace esa idea y saben que si han venido a Cartagena no puede haber otro camino que luchar por el ascenso.
Después llegó el turno para las entrevistas, las preguntas y las respuestas de lo que también informamos aunque será a partir de este martes cuando van a empezar a trabajar a fondo en las instalaciones de La Manga Club y en sesiones de mañana y tarde. Pero esta forma de ponerse en marcha era otra muy distinta a las vividas hasta ahora en Cartagena. Más cercana y personal. La cercanía con unos futbolistas nuevos en su mayoría y que saben lo que espera por delante.
