De esta manera, en las instalaciones de La Manga Club y con 10 grados de temperatura pero con sensación térmica mucho más fría aún, la plantilla albinegra trabajó durante algo más de una hora, en algunos momentos con el acelerador a fondo. Daaba la impresión, desde luego. La ‘era Palomeque’ ya está abierta
El trabajo, que duró algo más de una hora, fue relativamente suave aunque pudimos ver que algunos futbolistas ponían más interés o apretaban más el acelerador que otras muchas veces que hemos visto. El mero hecho de que ya exista una persona que sea la referencia de todos los futbolistas cambia, a la fuerza, diametralmente la situación. Al algareño le vimos muy cómodo en su nuevo papel y a los jugadores también reflejaban esa misma situación, la de encontrarse a gusto con el nuevo técnico.
Palomeque estuvo muy participativo. Habló con todos y cada uno de ellos. Corrigió errores. Les fue diciendo lo que tenían que hacer y lo que quería de ellos. Fue enérgico cuando tuvo que serlo aunque también correcto y educado en otros muchos momentos del entrenamiento.
Manolo Palomeque se apoyó siempre en su grupo de técnicos, en este caso con Simón Ruiz ejerciendo –ahora sí- sus funciones como delegado de equipo, el preparador físico Miguel Cuesta y el ‘segundo’ de a bordo de Ribas, el uruguayo Domingo ‘Bomba’ Cáceres al que –nosotros al menos no lo vimos- se mantuvo fuera del terreno de juego.
Todo el protagonismo por tanto para un Manolo Palomeque feliz, que ve cumplido uno de sus grandes sueños como es dirigir con todas las de la ley al FC C. El trabajo completo ya seguiría por la tarde en las instalaciones del ‘Sánchez Luengo’ del Algar.
