Porque ahora ha sido tremendo. Algun aficionado, de los que se la tienen guardada a Belmonte cuando dijo aquella frase célebre de “aunque perdamos por 0-23 Monteagudo seguirá en el Cartagena de entrenador”, le espetaba con “han faltado 19 goles ‘sólo’ para que echéis a Monteagudo” podía escucharse entre la grada, de la multitud enfadada que no daba crédito a lo que veía sobre el césped.
El Cartagena, en un rápido vistazo a la historia, ha recibido varias goleadas en casa en contra en los últimos años. Desde 2009 hacia hoy han sido nada menos que once las goleadas recibidas en el Cartagonova, once nada menos si para ello tenemos en cuenta encajar tres goles o más ante su público. Pero es cierto también que pocas o ninguna que sorprenda y que duela tanto como esta.
Para empezar ni el más pesimista de los aficionados cartageneristas podían temer algo parecido. Ni por bajas ni por nada. La lógica daba al Cartagena como claro vencedor ante un rival sumido en un profundo bache. Pero salió todo al revés y los blanquinegros acabaron cayendo, y de qué manera, ante un rival inferior pero que acabó dándole todo un baile.
Paco Belmonte sufría también su peor batacazo desde vque se hizo cargo del club, en abril de 2014. Ni en sus peores sueños podía imaginar algo así, él, que suele ir sobrado de casi todo. Ni él, ni Breis, ni Monteagudo, ni nadie. Ni nosotros siquiera. Un batacazo en toda regla que deja al descubierto las vergüenzas de un equipo que cuenta con jugadores que no dan el nivel, como ha quedado demostrado. Este era su momento.
La pasada temporada fue el Murcia el que le puso al Cartagena las peras al cuarto en casa con aquel 1-3 que también logró el Cádiz el 7 de diciembre de 2014. O el Nàstic, en Segunda A, dónde el Hércules también haría un 0.3 en la 2011/12 –del descenso- en la que el Barça B ganaría 0-4 el 4 de septiembre de 2011.
Por no recordar aquel 2-4 ante el Rayo en la última jornada en casa o un 0-4 del Celta el 22 de enero de 2011, con JIM aún en el banquillo. Más atrás queda el 0-4 famoso del Albacete el 19 de junio, el 3-5 del Levante el 22 de mayo de 2010 y el 3-4 del Salamanca el 13 de diciembre de 2009.
Mucho ha llovido, pero este 1-4 del Betis B ha supuesto todo un revolcón ante el que Belmonte, acostumbrado a su prepotencia, sólo puede callarse y tomar buena nota.
