CARTAGENA: Juanma (2); Txiki (1), Abraham Paz (2), Josemi (2), Kijera (1); Julien (1) (Mariano Sánchez (2), minuto 46), Dimas (0) (Raimondi (0), minuto 60), Collantes (0), Marc Fernández (0) (Lafuente (2), minuto 46); Álvaro Antón (0) y Braulio (1).
GIMNASTIC TARRAGONA: Rubén Pérez (2); Sergio Juste (1) (Álex Ortiz (1), minuto 27), Mairata (2), Xisco Campos (1), Mingo (1); Seoane (1), Rodri (1), Galindo (1), Dani Ábalo (1) (Álvaro Rey (-), minuto 72), Morán (3) y Juan Millán (1) (Tuni (1), minuto 58).
GOLES: 1-0. Minuto 52: Braulio, de penalti. 1-1. Minuto 54: Morán. 1-2. Minuto 62: Morán. 1-3. Minuto 83: Álex Ortiz.
ARBITRO: Santiago Jaime Latre, del comité aragonés.Cartulina amarilla a los albinegros Abraham Paz, Braulio, Txiki, Kijera, Collantes, Lafuente y Josemi y a los granates Rubén Pérez, Juan Millán, Tuni y Mingo.
NCIDENCIAS: Enuentro de la vigésima novena jornada de la Liga de Segunda División en el estadio Cartagonova ante unos 7.000 espectadores.
LA CRÓNICA
Por GUILLERMO JIMENEZ
En tres semanas seguidas el Cartagena ha perdido el 'goal average' con sus tres adversarios (Guadalajara, Alcoyano y Nàstic) y de 9 puntos posibles ha sumado solo uno. Muy malos números que abocan al equipo albinegro al descenso a Segunda B cuando matemáticamente tendría posibilidades de salir a flote. Sería milagroso que fuese así.
El fracaso de este sábado ante los tarraconenses es de los que duelen al representar una de las decepciones más lamentadas en muchos años por el rendimiento ofrecido por el equipo que tenía en bandeja una jornada para acortar distancias con sus compañeros de fatigas en la tabla de clasificación. El discurso optimista y positivo comenzó a desgastarse ante la evidencia de que al cuadro del Cartagonova no le sale nada bien. Siempre le corresponde bailar con la más.
En la tómbola de la Liga no le sale ninguna papeleta con premio. Por ser lo que es (un equipo en dinámica negativa, aunque CR es un diplomado y positivismo) y también por ser lo que no es (un equipo que sepa aprovechar los momentos de gol). A estas alturas ha marcado 19 tantos y continúa pesando como una losa el lastre de un pésimo inicio de competición que decapitó al primer entrenador.
El Nástic queda en la clasificación a tres puntos del Cartagena y la paradoja es que D’Alessandro no arroja la toalla y evidentemente no le ha llegado el momento de retornar a la televisión con 'Punto y Pelota' a la vera de Pedrerol.
EL SANTO DE CARA Y EL ARBITRAJE
El equipo colista tuvo el santo de cara toda la tarde y un arbitraje permisivo y anticasero a ultranza, aunque sus dos primeros goles fueron de categoría, de alta calidad en su ejecución. En el primero el disparo de Morán fue sensacional y en el segundo fue una acción individual del mismo dorsal 8, con recortes a varios albinegros en el área para fusilar a un Juanma que estaba siendo de lo mejor en el cuadro de casa. Ya el tercero fue culpa de la defensa del Cartagena que ni se movió en el lanzamiento de una falta rematada finalmente por un jugador desmarcado.
Dos minutos después de que Braulio transformase el penalti que le hizo al canario el meta Rubén Pérez, a los 51 minutos, que el nefasto Santiago Jaime Latre señaló castigando con tarjeta amarilla a su paisano guardameta, cuando bien pudo ser la roja, el Nàstic halló el abrazo de la fortuna sin ninguna delación con el fantástico gol del 1-1 del artesano, que se echó la tarea atacante a sus espaldas. Nadie se acordó del ausente Berry Powel.
Hubo una jugada crucial que fue clave en el devenir del partido, tenso a más no poder, y fue la del gol anulado a Collantes a los 48 minutos, en una fase en la que el Cartagena reanudó el juego con nuevos ánimos. Lafuente se colocó en la banda izquierda y Juanjo Collantes en la derecha. Pudo ser el estreno del marcador pero Jaime Latre invalidó el gol.
Los albinegros estaban encorajinados y mejoraron bastantes enteros su juego durante una fase que sirvió para arrinconar en su área al Nàstic. Mariano, situado por delante de la propia cobertura, comenzó a mandar pases en profundidad y la chispa de Ander Lafuente y el desborde del vasco acabaron por romper la pésima imagen del primer tiempo. Pero estos factores no fueron suficientes para que el Cartagena ganase el partido. Braulio mejoró con su acometividad en el área y buscó el gol y más adelante Carlos Ríos recurrió a Raimondi para incrementar la peligrosidad ofensiva.
BUEN CIERRE TARRACONENSE
El bando tarraconense echó bien el cierre, taponó a la perfección y el meta Rubén Pérez sacó más de un balón, en una ocasión con la madera a su favor, y el embarullamiento albinegro fue progresando. Las prisas, la precipitación y el excesivo individualismo de Collantes. El Cartagena había perdido lamentablemente el tiempo en los primeros 45 minutos con un juego deslavazado, sin cohesión, haciéndole fácil al Nàstic el proyecto de dejar pasar el tiempo para intentar después asestar una estocada en algún contragolpe. El ataque tampoco estaba para tirar cohetes en la ofensiva, pero en la segunda parte se destacó y fueron peligrosas sus contras.
Los albinegros no pudieron aguantar el 1-0 más allá de 60 segundos por el rápido empate tarraconenses. Sacaron la casta los locales y se notó la aportación de Mariano Sánchez y de Ander Lafuente. Ambos salieron de refresco en el arranque del segundo período para relevar a Julien y Marc Fernández que no respondieron a lo que el encuentro demandaba. Los relevos hicieron mejorar el rendimiento pero no fue suficiente.
Un partido nefasto, en resumen, en un momento crucial de la Liga en el que los esfuerzos son imprescindibles y los errores, como el de esta tarde en el Cartagonova, dejan muy tocado a un equipo que ha vuelto a contar con el respaldo de su afición. Aunque con el 1-3 el setenta por ciento de los espectadores prefirieron abandonar el estadio.
