Tras la tormentosa semana sufrida en el entorno del conjunto albinegro, con la destitución del entrenador Paco López, tenía mucho interés por ver los detalles que pudiera haber plasmado Javi López en los apenas cinco días que lleva al frente de la plantilla albinegra.
Los pocos aficionados que se desplazaron de Cartagena acudían con la gran ilusión de ver un resultado positivo de su equipo en la temporada y animaron desde antes del partido. Nada más bajar los jugadores del autobús ya recibieron su apoyo.
El equipo mostró una notable mejoría respecto a anteriores partidos, generando ocasiones de gol y llevando en muchas fases del partido el control del juego. La falta de pegada del equipo, unida a una debilidad defensiva alarmante, están lastrando a un conjunto al que en muchas ocasiones le está pudiendo la ansiedad por conseguir un resultado positivo. La obsesiva necesidad de asegurar la jugada provocó que en muchas ocasiones eligieran la peor opción para finalizar la jugada, errando una y otra vez ante el marco rival.
A pesar de la derrota, el equipo demostró un mayor empaque y tener una idea, aun en construcción, de que estilo de juego quiere tener. Creo que es lo positivo que nos podemos llevar de Guadalajara. Y es que cuando no tienes un camino, es difícil alcanzar una meta.
A partir de ahora, la preparación psicológica será tan importante como la deportiva. La victoria en el próximo encuentro pasa por saber controlar esa ansiedad provocada por las cinco derrotas consecutivas en un equipo en teoría hecho para pelear por cotas altas.
Es el momento de que el Cartagonova demuestre que es una gran afición. La imagen al término del encuentro de hoy mostraba a unos jugadores rotos por no poder devolver el cariño recibido por su afición durante toda la pretemporada y consciente de sus errores.
Es en las derrotas donde hay que arrimar el hombro. Es cierto que hay que reaccionar ya sí o sí, pero no menos cierto es que aún queda un mundo. Todavía aun tiempo de recuperar el terreno perdido.
