Raúl Chavet García, el mismo colegiado que dirigió el derbi del pasado mes de octubre entre el Murcia y el Cartagena, era el árbitro designado para este choque ante los melillense. Y a decir verdad que empezó muy bien, dejando jugar y aplicando a la perfección la ley de la ventaja. Chavet ofreció una primera parte casi perfecta ya que apenas se notaría su presencia sobre el terreno de juego.
Pero todo cambiaría cuando este colegiado, que también dirigió el Cartagena-UCAM de la pasada campaña con 0-.0 en el marcador, no quiso ver unas claras manos de un defensor del Melilla dentro del área, cuando porfiaba en un balón con Isi Ros. El colegiado se encontraba muy cerca y fue evidente que vio la jugada y las posibles manos que pasó por alto.
A partir de ahí ya nada fue lo mismo y esa sintonía que se dejó entrever durante el primer tiempo entre el colegiado y el público se hizo añicos porque las protestas se multiplicaron contra el colegiado andaluz que, salvo dicho lunar, demostró oficio y experiencia y dejó jugar, algo que es difícil de ver en la categoría.