Luis Jiménez, además de ser el presidente del La Hoya Lorca desde el año 2010, es un agricultor de los de toda la vida. Él y su familia. Preside al equipo lorquino por uno de esos azares de la vida que lo sentó en el sillón y ahí sigue, soñando ahora con la salvación de su equipo después de pasar por la gloriosa campaña de la pasada temporada.
El presidente lorquino vio el partido en el palco del Cartagonova, que ha visitado por segunda vez en Segunda B. Y las dos se ha marchado con una victoria que quizás no esperaba. Este personaje dio el salto de su vida cuando en la pasada temporada se le ocurrió poner en marcha a la que fue llamada –aquí lo hicimos también- como la camiseta más fea del mundo,aquella verde llena de brócolis por todos lados que acabaría dando la vuelta al mundo y triunfando hasta en Japón.
Ahora Luis ha cambiado el palo y ha vestido a su equipo de rosa. Un color poco futbolístico si se quiere pero que le hará soñar con un futuro de color de rosa si es que son capaces de abandonar los puestos en los que se encuentran. Pero lo que es evidente es que este Luis Jiménez, cauto, un presidente que apenas habla salvo en su casa, se ha convertido en todo un personaje.
