No hace falta recordar el rotundo 3-1 que encajaba el Cartagena la pasada temporada en este mismo recinto, después incluso de adelantarse en el marcador. Dos fallos tontos acabarian costando sendos goles y la derrota más dura de toda la Liga por 3-1 además de romper la racha de 13 partidos sin perder de los de Munúa.
En esta ocasión la papeleta tampoco era fácil, casi peor ya que los gaditanos aún no habían perdido un partido y aspiraban a meterse entre los cuatro primeros, cosa que habrían logrado de haber ganado. Pero esta vez los cartageneristas acudieron con la lección muy bien aprendida sabiendo que había que jugar a lo práctico y dejarse las florituras para otra tarde.
Dicho y hecho. Tras una mala primera parte donde no se jugó a nada el cartagena, con Carrasquilla como refresco importante, oxigenaría el juego y le daría a su equipo la consistencia necesaria para quedarse con los tres puntos en juego.
