12 de mayo de 2012, 2:24
Tal y como estaba la cosa parecía muy difícil, por no decir imposiblem que el Cartagena sacase el partido adelante. Un primer tiempo para olvidar. Tedioso a más no poder. Un juego que inviataba a los seguidores más jóvenes cartageneristas a preferir la playstation antes que seguir frente al televisor viendo a su equipo.
Pero, de repente, al gaditano se le encendió la luz. Sacó a un Mariano Sánchez que ya arrastraba una tarjeta amarilla y adelantó a Abraham Paz hasta esa posición para dar entrada a un Josemi mucho más contundente que otras veces mientras Héctor Font cubría la vacante de Dimas y Raimondi, el uruguayo Nicolás Raimondi, ocupaba el puyesto de un voluntarioso pero desacertado Marc Fernández.
Y ahí estuvo la clave. Abraham Paz empujó todo lo que pudo y más a sus compañeros hasta el área de Barbosa y no era difícil ver por allí al central cartagenerista. De hecho participó en el segundo y decisivo tanto para darle el balón a un acertadídimo Raimondi, quien marcó un primer gol soberbio con la izquierda pleno de garra y coraje mientras el 1-2 llegaría, sencillamente, por estar en la mismísima boca de gol.
Héctor Font cuajó una de sus mejores actuaciones aunque esta vez fue el banquillo cartagenerista el que acabó siendo provindencial para este Cartagena que nadie podrá quitarle su derecho a seguir soñando y a seguir peleando por la permanencia. Y justo también reconocer el cambio táctico de Carlos Ríos, que supo leer muy bien el choque sobre la marcha.
Pero, de repente, al gaditano se le encendió la luz. Sacó a un Mariano Sánchez que ya arrastraba una tarjeta amarilla y adelantó a Abraham Paz hasta esa posición para dar entrada a un Josemi mucho más contundente que otras veces mientras Héctor Font cubría la vacante de Dimas y Raimondi, el uruguayo Nicolás Raimondi, ocupaba el puyesto de un voluntarioso pero desacertado Marc Fernández.
Y ahí estuvo la clave. Abraham Paz empujó todo lo que pudo y más a sus compañeros hasta el área de Barbosa y no era difícil ver por allí al central cartagenerista. De hecho participó en el segundo y decisivo tanto para darle el balón a un acertadídimo Raimondi, quien marcó un primer gol soberbio con la izquierda pleno de garra y coraje mientras el 1-2 llegaría, sencillamente, por estar en la mismísima boca de gol.
Héctor Font cuajó una de sus mejores actuaciones aunque esta vez fue el banquillo cartagenerista el que acabó siendo provindencial para este Cartagena que nadie podrá quitarle su derecho a seguir soñando y a seguir peleando por la permanencia. Y justo también reconocer el cambio táctico de Carlos Ríos, que supo leer muy bien el choque sobre la marcha.
