viernes. 19.04.2024
Aún guarda muchos amigos y más recuerdos aún de su paso como jugador del Cartagonova.
Barila, con algún kilito de más, fue quien inició los primeros contactos con Ángel Quirantes para que su representado recalase en Cartagena. Al presidente y dueño del club albinegro lo conoce desde hace años así que terreno ganado por ese lado pero Sergio nunca llegó a tener claro del todo que PL fuese a fichar por el Cartagena. Había muchas ‘novias’ para un solo puesto y por mucho que quisiera, siempre sería un hándicap.

Conforme apareció en escena pronto desapareció. Conocía de sobra la manía que tiene el empresario de Jacarilla de eliminar antes de tiempo a quien negocia con él y se coloca apresuradamente bajo los focos. Eso fue lo que hizo. Puso la oferta encima de la mesa, preparó el anzuelo y ahí lo dejó.

Barila sólo tenía que esperar, tanto que en unos días ya tenía la respuesta porque el perfil de PL era el que buscaba el equipo blanquinegro: un técnico sencillo, buen hacer dentro y fuera del terreno de juego y compromiso con el trabajo además de ser ambicioso a la hora de afrontar cualquier partido.

Ahora, Sergio Barila regresa a su Valencia natal pero con un ojo puesto en el Cartagonova donde este lunes por la mañana repasaba con nosotros el museo que Juan tiene instalado en la cafetería del estadio Cartagonova. Demasiadas caras, demasiados recuerdos que llegaban a la vez. Para él, para Barila, no dejará de ser un orgullo que su amigo PL ocupe a partir de ahora el banquillo del Cartagonova.

Los recuerdos de Sergio Barila en Cartagena
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