15 de diciembre de 2014, 13:32
"¡Válgame la Virgen¡” dice un buen seguidor del Cartagena, que no acaba de entender lo que pasa en el equipo. "Nos están dando las del pulpo” añade otro. Y Así decenas de opiniones y de comentarios para todos los gustos pero todos cortado por el mismo patrón: la desilusión y la desazón. En este diario por ejemplo, podréis encontrar más de medio centenar de opiniones, casi todas muy críticas con el equipo y con lo que le rodea.
El Cartagena, y ésa es la realidad, ya se ha situado a 7 puntos del playoff, una distancia que aún no es insalvable pero tal y como se desenvuelve el equipo, tanto dentro como fuera de casa, los pronósticos apuntan a que esta temporada no habrá playoff, al menos para luchar por el ascenso. Lo de ser campeón ni que decir tiene que ya suena a quimera. Para los más optimistas siempre cabe el recurso de que la segunda vuelta no ha empezado siquiera. Y es cierto. Pero lo mal que pinta la situación parece que no da para mucho más.
Julio Ribas apareció el viernes `para enmendar la plana o tratar de hacerlo a algunos que despotrican. Pero la realidad es la que es. No hay más. Si el equipo no va, por más que se diga y por más que se haga la afición estará que trine con sus responsables, Y en ello estamos, que laas redes sociales cartageneristas echan humo, más bien humo negro que humo blanco.
Las palabras de Miguel Cuesta, el preparador físico al que le tocó dar la cara con la prensa, supieron a posteriori un poco a cuerno quemado. "Que el Cartagena está mejorando en su juego? Vamos, eso no se lo cree ni el que asó la manteca”, leemos por otro sitio. Uno. Y otro. Y otro más. Y muchos. Los seguidores carageneristas no dan pávulo a que su equipo esté en la fase de perder esa identidad que tantos años ha lucido, el desparpajo para jugar al fútbol. "Parece que estamos en fase de descomposición” añade otro más.
Incluso se aporta como idea que Domingo ‘Bomba’ Cáceres salga a la palestra después de cada partido porque, al fin y al cabo, es el más cercano a Ribas a la hora de entender o de planificar los partidos. Simón Ruiz no deja de ser el delegado. Para eso fue contratado, no para ser el mago que sacase los conejos de la chistera. Ni Cuesta. Porque si tuvieran sentidos su discursos. Pero dicen lo que dicen que es tanto como nada. Y la afición se enoja más todavía.
