Vistas con tranquilidad todas las imágenes de las tres expulsiones sufridas por el Cartagena, las dos primeras no tienen justificación posible y acierta el colegiado. En la del ghanés MO Dauda –que es reincidente al dejar a su equipo en inferioridad- realiza una dura entrada por detrás sobre Costa. Tan dura como innecesaria ya que se produce a la altura de la línea medular y aunque el futbolista albinegro se marcha muy afectado la realidad es que, viendo las imágenes, el árbitro acierta.
También es de roja directa la entrada que le hace Sergio Tejera a Joni Montiel con quien no llegaría a coincidir en la plantilla ovetense. Pero la entrada por detrás de Tejera es dura, de hecho alcanza al futbolista oviedista que tuvo que ser asistido en la banda. Aunque Tejera se quedaría después apoyado en la barandilla de la escalera de vestuario con cara de sorprendido la entrada es dura.
Lo que ya no queda tan claro es la tercera expulsión, la del uruguayo Gastón Silva, que es verdad que no debería ni de haberse acercado al colegiado ni mucho menos protestar por la tarjeta a su compañero Datkovic, que acababa de ver una tarjeta amarilla. Pero lo que le dice al colegiado ni mucho menos es para expulsión. Podría haberse considerado como una descortesía pero no para una tarjeta roja por decirle ‘sos malísimo’.
Después el gol anulado a Hugo Roma es correcto y el penalti contra los ovetenses también lo es. Lo peor del colegiado fueron sus nervios, la poca o nula mano izquierda que demostró y los siete minutos de añadido cuando los blanquinegros trataban de sobrevivir con siete futbolistas de campo.
