Este Cartagena-Málaga estaba subrayado en rojo por muchos seguidores cartageneristas. Había morbo, esa es la verdad, por ver al otrora ídolo albinegro ante su antigua afición.
El club le había dedicado el cartel del partido con un efusivo ‘Gracias’ que generó una clara división de opiniones en las redes sociales del club, que fueron las que vimos nosotros. También hubo muchos comentarios tanto a favor como en contra, pero nadie sabía cual sería la verdadera reacción de la afición albinegra en el momento de la verdad.
El canario duró 67 minutos en el campo. Fue sustituido por Ramón y en esos momentos de expectación una buena parte de la afición cartagenera respondió con señorío, aplaudiendo (y mucho) a Rubén Castro, quien correspondió al gesto aplaudiendo también a los aficionados.
PASÓ DESAPERCIBIDO SOBRE EL CÉSPED
Sobre el terreno pasó prácticamente desapercibido salvo un remate de cabeza en el minuto 12, que acabaría siendo la ocasión más clara de su equipo para marcar, aparte del gol. Pedro Alcalá le ganó la partida a su ex compañero, que distó mucho del Rubén Castro que se ha visto por Cartagena en las dos temporadas anteriores. El futbolista canario, tras un tercio de la competición disputado (14 partidos) solamente lleva 3 goles en su haber, una de las cifras más bajas del delantero en los últimos años.
Por lo visto y por lo ocurrido dio la sensación que este capítulo morboso de ver a Castro de nuevo en Cartagena queda completamente cerrado con deportividad, como no podía ser de otra manera.
ALEX GALLAR, MUY APLAUDIDO
Quien sí se llevó una de las ovaciones de la noche fue Alex Gallar. El catalán no jugó ni un solo minuto pero antes del partido, y cuando se dirigía a sentarse en el banquillo malacitano, al hacer ese recorrido desde la salida de vestuarios hasta esa zona, los espectadores le tributaron una cerrada ovación que el centrocampista, al que costó reconocer porque no llevaba el pelo tintado de su habitual color blanco/rubio, no le quedó otra que asomar la cabeza por el banquillo y devolver el aplauso.