2 de noviembre de 2014, 18:26
Llamó la atención que Seba Ribas jugó con una bota de cada color, una blanca y otra negra con lo que puede decirse que el uruguayo fue blanquinegro de los pies a la cabeza.
Ribas, con el 11 a la espalda, parece cada día más amoldado a su posición de media punta. Suya fue la asistencia, perfecta, sobre Chus Hevia para que este enviase de un certero zurdazo el balón al fondo de la red, Ribas lo hizo perfecto y el gol cabría atribuirle una parte a él porque acertó de pleno al dejarle el balón en bandeja a Chus, que venía de cara y mandó la pelota al fondo de la red.
Pero sus botas, desde luego, pusieron la nota de color, aunque fuesen el blanco y el negro.
