El canterano Sergio Jiménez ya está recuperándose a pasos agigantados del esguince de grado dos que sufrió el pasado domingo en Nueva Condomina. “Pudo haber sido mucho peor” comenta uno de los fisios del club que le atiende de forma continúa, y muestra el tobillo afectado, completamente hinchado aún y con un notorio color morado, que pone de manifiesto lo que fue.
“Pensé que con un vendaje podría haber aguantado el segundo tiempo, pero fue imposible, el dolor era insoportable”, añadía Sergio Jiménez, que se quejaba también de la mala suerte que sufre “porque parece que todos los palos me los llevo yo, soy el saco de los golpes”, dice con evidentes muestras de buen humor.
Aunque no se ha planteado una fecha concreta, ya le han dicho que dos o tres semanas no se los quita nadie. “Ahora lo que quiero es recuperarme bien y jugar otra vez, a ver si hay más suerte” dice resignado a la fuerza mientras observa a sus compañeros en el quehacer diario.