14 de febrero de 2011, 1:00
Juan Ignacio ha hablado fuera del guión. Se entiende como ‘fuera del guión’ la ley de silencio que impera en el club desde el mes de noviembre por orden presidencial y no sabremos nunca si por alguien más entre bastidores. El caso es que Juan Ignacio se la ha saltado a la torera, ya lo hizo también hace días. Él manda y él decide a quien le guiña el ojo. Naturalmente es listo y sabe elegir. Siempre lo que le conviene.
El caso es que durante poco menos de una hora ha tratado de responder sin meterse en harinas de otro costal. El preparador cartagenerista, criticado por muchos, alabado por otros tantos, sacó a pasear la verborrea que le distingue. Trató de demostrar cautela y recato pero no pudo ocultar una mal disimulada falsa modestia en momentos puntuales. Esa impresión dejó.
JIM, que cree tener “una plantilla muy compètitiva” dejó claro que sería una falta de respeto el decir que echa en falta a Toché, del que dice que él es su mejor médico y que espera contar pronto nuevamente con el de Santomera. Pidió una reflexión respecto a Longás y Mariano, objeto de muchas críticas. “Merecen un respeto” advirtió para añadir respecto al partido del pasado sábado en Barcelona que “no estuvimos a nuestra altura, no fuimos capaces”.
El sarcasmo lo sacó a pasear cuando se autoproclamaba como “un mal entrenador” cuando se analizaba por los tertulianos el 0-4 de la tarde negra con el Celta. “Yo soy como Tyson (el boxeador), salgo al principio y si doy tres puñetazos y me sale dejo KO al rival, y si no…
De su equipo, el Cartagena, lo ve “como un candidato a jugar la promoción, sería un premio para todos” dijo para añadir en otro momento que, sobre los fichajes de invierno “los sevillanos nos van a dar un buen plus”.
Salió a colación la lesión del Tati Maldonado, momento que aprovechó para defender a ultranza al doctor Pedro Martínez Victorio, médico traumatólogo del club. Cree que al Cartagena le ha mirado un tuerto –por lo que respecta a los lesionados- pero advierte que “acabarán jugando”. Por tanto espera contar tanto con Jordi Pablo como con Maldonado.
Se le preguntó si piensa renovar pronto. Y esto dijo. “La última vez que hablé de renovación me cesaron. Yo estoy muy a gusto en Cartagena pero el presidente nunca va a tener ningún problema conmigo. Yo estoy encantado aquí pero ahora hay que salir de esta dinámica negativa”.
EL CLUB YA HABLADO CON LA MITAD DE JUGADORES QUE ACABAN CONTRATO
Añadía que “me siento querido por la afición del Cartagena” y ofrecía una revelación. “Desde el club, tanto el ‘presi’ Paco Gómez como el director general Paco López ya han hablado al menos con la mitad de aquellos jugadores que acaban contrato esta temporada”. (Este tipo de informaciones, claro, no salen en la web del club).
¿ Y Víctor? –le preguntaron: “Víctor es un jugador estandarte para el club”. Sobre Cygan comentó que “es un lujo para el Cartagena y no quiero que parezca que nos estamos pasando la pelota” añadiendo también que “estamos en deuda con la afición, estoy convencidísimo que vamos a echar el resto”.
Como despedida enviaba un mensaje al vestuario. “En Elche empezamos a perder el partido de Barcelona”. Para quien lo quiera entender. Juan Ignacio, eso sí, comió bien y saboreó los platos exquisitos del restaurante ‘Sacromonte’, uno de los iconos en la restauranción de la ciudad.
El caso es que durante poco menos de una hora ha tratado de responder sin meterse en harinas de otro costal. El preparador cartagenerista, criticado por muchos, alabado por otros tantos, sacó a pasear la verborrea que le distingue. Trató de demostrar cautela y recato pero no pudo ocultar una mal disimulada falsa modestia en momentos puntuales. Esa impresión dejó.
JIM, que cree tener “una plantilla muy compètitiva” dejó claro que sería una falta de respeto el decir que echa en falta a Toché, del que dice que él es su mejor médico y que espera contar pronto nuevamente con el de Santomera. Pidió una reflexión respecto a Longás y Mariano, objeto de muchas críticas. “Merecen un respeto” advirtió para añadir respecto al partido del pasado sábado en Barcelona que “no estuvimos a nuestra altura, no fuimos capaces”.
El sarcasmo lo sacó a pasear cuando se autoproclamaba como “un mal entrenador” cuando se analizaba por los tertulianos el 0-4 de la tarde negra con el Celta. “Yo soy como Tyson (el boxeador), salgo al principio y si doy tres puñetazos y me sale dejo KO al rival, y si no…
De su equipo, el Cartagena, lo ve “como un candidato a jugar la promoción, sería un premio para todos” dijo para añadir en otro momento que, sobre los fichajes de invierno “los sevillanos nos van a dar un buen plus”.
Salió a colación la lesión del Tati Maldonado, momento que aprovechó para defender a ultranza al doctor Pedro Martínez Victorio, médico traumatólogo del club. Cree que al Cartagena le ha mirado un tuerto –por lo que respecta a los lesionados- pero advierte que “acabarán jugando”. Por tanto espera contar tanto con Jordi Pablo como con Maldonado.
Se le preguntó si piensa renovar pronto. Y esto dijo. “La última vez que hablé de renovación me cesaron. Yo estoy muy a gusto en Cartagena pero el presidente nunca va a tener ningún problema conmigo. Yo estoy encantado aquí pero ahora hay que salir de esta dinámica negativa”.
EL CLUB YA HABLADO CON LA MITAD DE JUGADORES QUE ACABAN CONTRATO
Añadía que “me siento querido por la afición del Cartagena” y ofrecía una revelación. “Desde el club, tanto el ‘presi’ Paco Gómez como el director general Paco López ya han hablado al menos con la mitad de aquellos jugadores que acaban contrato esta temporada”. (Este tipo de informaciones, claro, no salen en la web del club).
¿ Y Víctor? –le preguntaron: “Víctor es un jugador estandarte para el club”. Sobre Cygan comentó que “es un lujo para el Cartagena y no quiero que parezca que nos estamos pasando la pelota” añadiendo también que “estamos en deuda con la afición, estoy convencidísimo que vamos a echar el resto”.
Como despedida enviaba un mensaje al vestuario. “En Elche empezamos a perder el partido de Barcelona”. Para quien lo quiera entender. Juan Ignacio, eso sí, comió bien y saboreó los platos exquisitos del restaurante ‘Sacromonte’, uno de los iconos en la restauranción de la ciudad.
