21 de enero de 2015, 13:52
Y es que el futbolista avilesino Alejandro Miguel Arias de Haro, conocido en el fútbol como Alex Arias, cedido por el Numancia al Real Avilés, está acusado como presunto autor de un delito de doble homicidio imprudente tras arrollar con su vehículo a dos personas. El suceso ocurrió en Salamanca el 15 de agosto de 2011, cuando el coche conducido por él arrolló a dos personas de nacionalidad francesa que se encontraban celebrando las fiestas de la localidad salmantina de Casillas de Flores.
En próximas horas cuando el juicio quedará visto para sentencia. 23 testigos han ido desfilando por la sala de vistas del juzgado de Salamanca para esclarecer los hechos.
BEBER 'DOS COPAS'
Álex Arias, que entonces militaba en el Marino de Luanco y que juega actualmente en el Real Avilés, cedido por el Numancia, recalcó que había bebido "dos copas” aquella noche, aunque aseguró que se encontraba en perfectas condiciones para conducir cuando regresaba al pueblo con dos ocupantes más en su vehículo: su hermana Ana y su amigo Álvaro.
Arias también recalcó en su declaración que conducía como mucho "a 80 ó 90 kilómetros por hora”. Sin embargo, el fiscal recordó al acusado que algunos testigos aseguraron la noche del atropello que el vehículo circulaba a 170 kilómetros por hora.
Arias reconoció que se puso nervioso y que desistió "de tomar la curva para intentar evitar atropellar a los peatones”. Aseguró que sufrió un ‘shock’ como consecuencia del accidente y que puede que se equivocara de pedal y acabara pisando el acelerador. El test de alcoholemia marcó 0,63, claramente por encima del límite legal del 0,25 permitido.
El acusado se enfrenta a una condena de cuatro años de prisión que le solicita la Fiscalía, así como tres años más por conducción temeraria y bajo la influencia de bebidas alcohólicas. Se piden también seis años de retirada del carné, 410.000 euros de indemnización para las víctimas y 27.000 euros para el Ayuntamiento de Casilla de las Flores por los destrozos ocasionados.
El futbolista alegó, según recoge el diario asturiano El Comercio, que tras el accidente regresó a los dos días desde Avilés para prestar declaración en Ciudad Rodrigo, entregando el carné de conducir y poniendo a disposición de los familiares de las víctimas 15.000 euros que tenía ahorrados, además del piso en propiedad cuya hipoteca está pagando.
