1 de mayo de 2011, 2:00
El primer gol de la tarde no se hizo esperar en Albacete. Sólo cuatro minutos. En ese lapsus de tiempo el Cartagena ya había encajado el gol tonto ‘gracias’ al resbalón y la posterior lentitud de Pascal Cygan de lo que Tato, el ex albinegro que descartó Juan Ignacio al principio de la temporada, supo arovecharse perfectamente.
Tato sólo tuvo que quitarle la pelota mientras Cygan la buscaba por el suelo, se escapó en velocidad y la misma jugada que tantas veces ha fallado en dos temporadas en Cartagena (un mano a mano contra el portero) supo transformarla de forma magistral, con un disparo raso, por la izquierda que defendía Kiko casilla.
Fue la jugada contra la que tuvo que luchar desde el inicio el equipo blanquinegro porque Tato fue más listo y supo aprovecharse muy bien de la lentitud que Cygan exhibe desde hace semanas.
Tato sólo tuvo que quitarle la pelota mientras Cygan la buscaba por el suelo, se escapó en velocidad y la misma jugada que tantas veces ha fallado en dos temporadas en Cartagena (un mano a mano contra el portero) supo transformarla de forma magistral, con un disparo raso, por la izquierda que defendía Kiko casilla.
Fue la jugada contra la que tuvo que luchar desde el inicio el equipo blanquinegro porque Tato fue más listo y supo aprovecharse muy bien de la lentitud que Cygan exhibe desde hace semanas.
