Luis García Tevenet, el entrenador sevillano del Hércules y que antes lo fue del Huesca –al que ascendió a Segunda A- y del propio Cartagena, tiene suerte en la Copa del Rey. No es quitarle mérito a su trabajo, que lo tiene. Pero también cuenta con esa pizca de suerte allá en los equipos que dirige.
Tevenet llegó a Cartagena con la presión que supone el haber perdido dos encuentros seguidos en Liga con todo lo que ello supone en un club como el herculano, dónde el banquillo suele moverse más de lo que debería en cada temporada, y aunque Tevenet goza de mucho margen aún, en un equipo como el alicantino nunca se sabe.
Sin embargo el Hércules supo jugarle muy bien al Cartagena y quedó la impresión de que el sevillano le había ganado la partida a Monteagudo, algo que hasta ahora no se había producido en ninguno de los partidos ni tampoco en la pretemporada. El Hércules, lejos de descomponerse, jugó con la cabeza fría como el propio Tevenet les pidió a todos sus jugadores sólo instantes después de haber encajado el gol de Arturo, de penalti.
Después llegaría ala prórroga, dónde el Hércules ya tuvo al Cartagena a su merced y sólo la poca o nula puntería de los alicantinos les privó de haber acabado con la eliminatoria antes de que llegasen los penaltis, dónde, ahí sí, Tevenet volvió a sacar a pasear su flor…en la Copa.
