DE LA ILUSIÓN AL SILENCIO Y A LAS LÁGRIMAS

Tristeza y decepción en los más de 4.500 aficionados que llenaron el Palacio de los Deportes

Foto: LUIS GODINEZ

Nadie daba crédito en el Palacio de los Deportes de Cartagena, un recinto que tenía más espectadores (4.500) que en el propio Cerro del Espino (3000). De la ilusión por el ascenso se pasó al silencio primero y a las lágrimas de muchos después. Tremendo

El Palacio de los Deportes de Cartagena parecía lo más parecido a la salida de un Tanatorio cuando el colegiado dio por concluido el partido. Siete minutos, siete eternos minutos en los que, a cada segundo que se avanzaba, el ascenso parecía más cerca. Alegría y jolgorio en un atestado recinto hasta que llegó la desgracia del gol de Zabaco.

El final en esta ocasión fue triste/LUIS GODINEZ

Increíble pero cierto. El karma parecía haberse vuelto contra todos, en especial contra Belmonte y Breis que, a lo largo de toda una temporada han demostrado aires de superioridad que ahora deberán de medirla, y mucho, antes de volver a coger fuerzas para meterse en otra larga batalla. No va a ser tarea fácil ni para ellos ni desde luego para los miles de seguidores que habían depositado toda la ilusión. Hemos visto infinidad de gente joven llorando sin cesar, quitarse la camiseta, jurar en arameo, gritar un “no puede ser, no puede ser” buscando un consuelo imposible de encontrar.

El Palacio estuvo más cerca que nunca de haber vivido su primera gran fiesta pero el karma dichoso se revolvió contra Belmonte, y eso es para que lo tuviera en cuenta. Por su bien y sobre todo por el del propio Cartagena.