Pocos gurús del fútbol podrían encontrar argumentos para justificar las decisiones que Paco Gómez ha tomado en los últimos años en el Cartagena. Hablamos de un hombre que el año pasado decidía destituir a su director deportivo, David Buitrago, tras seguir los consejos de una pitonisa y que pocos meses después, el pasado verano, decidía prescindir de golpe de hasta catorce jugadores de una plantilla que había estado luchando por jugar el play-off de ascenso a primera división y que, aunque no lo logró, salvó la categoría de forma holgada.
Aconsejado por la pitonisa o simplemente por un carácter impaciente, lo cierto es que Paco Gómez cambia de cuerpo técnico y jugadores como el que cambia el canal en la televisión. Cuando se aburre o considera que lo que está viendo no le gusta opta por el cambio sin importarle las consecuencias.
Tanto es así que en los últimos cinco años ha tenido en nómina a once entrenadores y a más de cincuenta jugadores distintos. Sin embargo esta táctica le estaba marchando bien hasta la presente temporada, en la que de golpe y plumazo descartó a más de la mitad de la plantilla.
Consideraba ‘El Paloma’ que la plantilla del año pasado no lo había dado todo el campo, sus intenciones ya se empezaban a visumbrar cuando, en un partido que el Cartagena tenía que jugar en Vigo, decidió cancelar a última hora los billetes del avión que les iba a llevar a tierras gallegas para sustituirlos por otros de autobús.
Castigo de 1.100 kilómetros por carretera por bajo rendimiento a una plantilla que había salvado claramente el descenso y que no dio para más, las aspiraciones de Paco Gómez eran otras. Se equivocaba ‘El Paloma’ por querer ser gavilán.
Con el objetivo de llegar cuanto antes a la primera división, Paco Gómez incorporó para la presente temporada a dieciséis jugadores nuevos y un entrenador para sustituir la marcha de Juan Ignacio Martínez al Levante, Paco López. El cambio de una temporada a otra fue brutal y la falta de compenetración entre los nuevos jugadores llevó al Cartagena a perder los cuatro primeros partidos de Liga, como consecuencia López fue el primero en caer.
Llegó Javi López para sustituirle, pero el equipo poco levantó el vuelo. En sus catorce encuentros como entrenador solamente logró dos victorias, ante el Girona en la jornada diez y ante el Depor en la jornada uno (que se disputo justo después de la diez debido a la huelga de la AFE). La llegada del nuevo año trajo un nuevo entrenador, Carlos Ríos que ocupó el lugar de Javi López sentenciado por los penosos resultados.
El ex entrenador del Recreativo de Huelva besó el santo nada más llegar con un triunfo ante el Huesca. Pero la situación ya empezaba a ser irreversible y con el bagaje de solo dos triunfos más (ante Recre y Sabadell) el Cartagena nacido de la ‘bombillada’ de ‘El Paloma’ terminó hundiéndose por completo en la tabla.
Todo ello a pesar de un nuevo esfuerzo en forma de fichajes acometido por el club. Además de Rios, en el mercado invernal llegaron tres nuevos jugadores; los delanteros Nicolás Raimondi, Braulio, y el mediapunta ex albivioleta Héctor Font, que se convirtieron en el decimoséptimo, decimoctavo y decimonoveno fichaje del Cartagena en total en la presente campaña. Un equipo prácticamente nuevo con respecto a la pasada temporada de la que solo sobreviven los defensas Txiki y Chus Herrero, y los centrocampistas Longás, Lafuente y Riau.
Los golpes de ‘lucidez’ de Paco Gómez han condenado a un equipo que ocupa la penúltima posición en la tabla a trece puntos de la salvación. No obstante los de Djukic no se pueden fiar de un equipo que todavía tiene pendiente terminar el encuentro ante el principal rival en la tabla de los blanquivioletas, el Celta de Vigo, que se reanudará con 1-1.
A pesar de su pésima temporada los cartageneros le quitaron dos puntos al equipo de Djukic en el partido de ida y vendrán con las ganas de conseguir alguno más en Zorrilla, aunque sea solo por orgullo. Aquél que hace escasas semanas Paco Gómez les dijo que no tenían
