Hubo demasiado lio en la jugada del gol anulado al Cartagena. Los cartageneristas celebraron por todo lo alto el testarazo que Raúl Navas enviaba limpiamente a la red pero una indicación a posteriori de la sala VAR hizo chequear el gol que ya se había celebrado.
Había sus dudas en los árbitros de la sala y fue cuando el colegiado madrileño se acercó a revisarlo y decidió anularlo. Nosotros, sobre la marcha, hablábamos de ‘robo’ pero después se vio que no fue así por el fuera de juego, pero queda el ‘pero’ de la rigurosidad y la escuadra y el carcabón que se le aplica al Cartagena de forma rigurosa.
Unos minutos después el propio VAR ofrecía unas imágenes en las que se trazan las líneas, en la azul se encuentra el futbolista cartagenerista mientras en la roja, que se supone marca la ilegalidad, estaba el defensa del Sabadell por lo que fue fuera de juego, pero la realidad es que el georgiano no interviene en la jugada para nada. Para que no haya fuera de juego tiene que haber al menos dos futbolistas del equipo rival por detrás del cartagenerista y en este caso solamente se encontraba el defensa del Sabadell.
Otra cosa es que con el Cartagena se midan los centímetros porque la bota del meta Mackay, que había salido en falso, está a la misma altura que el cuerpo de Aburjania, que no interviene en la jugada.
En resumen, que fue una acción muy enrevesada que le dio un rumbo de 180 grados al partido, máxime cuando en la jugada siguiente tras reanudarse el juego Stoickhov marcaría el 1-0 en un claro despiste de la defensa cartagenerista, dónde todavía estaban lamentando el gol anulado al sevillano Navas. Y eso es lo que tampoco puede ser.
