miércoles. 24.04.2024

No resulta fácil acceder a los terrenos de la antigua fábrica de Peñarroya. Los caminos conocidos en su día o están cortados o hay que ir sorteando obstáculos en forma de basura y estercoleros que van saliendo al paso. A la antigua prisión Naval, situada a la derecha de la avenida Sánchez Meca –la carretera que conduce hasta Lo Campano- no se puede llegar en coche. Varias piedras de enorme tamaño cortan el paso casi al principio así que decidimos desandar el camino.

Decidimos ir por el antiguo camino de tierra que conduce a la carretera del Castillo de San Julián. Hace muchos años era un camino transitado en cierta manera. Se podía acceder sin demasiadas dificultades. Cuando los repetidores de algunas emisoras públicas estaban ubicados en lo alto no había problemas pero ahora todo ha cambiado.

El camino se encuentra a la espalda de la casi derruida fábrica. Una amplia pared, alta, repleta de pintadas, es el único parapeto que se mantiene en pie. Eso y un transformador de la luz al inicio. Todo lo demás está convertido en un estercolero hasta que acaba las inmediaciones de lo que un día fue la fábrica. Basura, maderas, hierros y restos de minerales retozan juntos en un extraño maritaje que invita a salir cuanto antes de una zona deshabitada.

La tercera vía para acceder es una carretera que bordea la rambla que llega hasta las inmediaciones de la vieja prisión naval. Es la parte más llana, la que parece más limpia. Pero conforme avanzamos nos encontramos más de lo mismo, es decir iunmundicias y algún que otro nativo del lugar con una guitarra a cuesta, que ponen cara de sorpresa al vernos pasear por esos alrededores.

La sensación que nos da es que no ha sido fácil llegar a dónde Paco Gómez lo ha hecho, la recalificación de unos terrenos no urbanizables que compró hace seis años cuando nadie los queria por 36 millones de euros que, en su día, llegaron muy bien a las arcas municipales para pagar ‘trampas’ que parecían insalvables, Seis años de lucha en el monte de San Julián donde, además de la Ciudad Deportiva, suspira por viviendas de lujo con vistas al mar. Un balcón inigualable.

De momento el constructor alicantino y presidente del Cartagena tiene puertas abiertas para recuperar 65.000 metros cuadrados del millón y pico que compró en su día. Samper lo tuvo más fácil en Murcia y Gómez lleva más de seis años de lucha para poder urbanizar el millón seiscientos mil metros cuadrados que ocupaba la antigua Fundición de Peñarroya. Por lo que nosotros hemos visto sobre el terreno hay mucho trabajo por delante. Las imágenes muestran por vez primera la realidad del terreno.

Una visita a los terrenos de Peñarroya
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